La jornada resultó este viernes de auténtica locura en Los Palacios y Villafranca. Empezando por uno de sus centros de salud, el de San Isidro, al norte del municipio, y terminando por el otro, el de Las Nieves, al sur. Fue en el primero donde uno de sus enfermeros, contratado eventualmente, la emprendió a golpes con todo el que se le acercaba, incluso con el propio coordinador de enfermería del centro, que terminó con los brazos ensangrentados, al margen de tirar al suelo a una de sus compañeras, golpear a varias administrativas y hasta a un celador que estaba en la puerta del ambulatorio, según han relatado llenos de espanto sus propios compañeros sanitarios, que no dan crédito a lo sucedido y que piden una solución al caso porque el individuo seguía por el pueblo anoche, ya en busca y captura después de que los profesionales del ambulatorio pusieran la correspondiente denuncia.
Al parecer, los primeros hechos tuvieron lugar sobre las 12.00 horas, cuando "parecía estar bajo los efectos de algunas sustancias", según testigos presenciales. El centro de salud San Isidro estaba lleno de usuarios a esa hora y la mayoría se refugió en las propias consultas o donde pudo, aterrados por la situación. Hasta agentes de la Guardia Civil se presentaron en el centro, "pero no pudieron detenerlo porque, según decían, no se había cursado ninguna denuncia", ha señalado uno de los enfermeros que presenció la desagradable situación y hasta tuvo que intervenir con otros para reducir momentáneamente al individuo. También se personaron en el centro agentes de la Policía Local, mientras nadie sabía exactamente dónde se encontraba el individuo y muchos de sus compañeros estaban refugiados en las propias consultas.
El enfermero agresor apareció ya por la tarde, en varias ocasiones, por el otro centro de salud, el único de guardia en el pueblo, con la misma actitud y los mismos modos, hasta el punto de que los responsables del ambulatorio, desamparados, decidieron cerrar el centro. "La suerte es que no traía nada en las manos", han dicho sus compañeros, "porque puede producirse una desgracia". Hasta tres patrulleros de la Guardia Civil de Utrera acudieron para reforzar la situación, y el cartel remitía a que los usuarios acudieran al centro hospitalario más cercano.
"Nos hemos enterado porque una vecina nos llamó sorprendida por que estuviera cerrado el único centro de salud de guardia del pueblo", dijo anoche el alcalde, Juan Manuel Valle (IP-IU), que se presentó en el propio centro de salud "para solidarizarnos con sus profesionales" junto a la delegada de Sanidad del municipio, Carmen María Molina.
Inmediatamente, llamaron a la delegada territorial de Salud de la Junta de Andalucía para "pedirle explicaciones porque hasta ese momento en el Ayuntamiento no teníamos ninguna constancia de lo sucedido". En el Ayuntamiento palaciego hacían gestiones a última hora del viernes para reforzar la seguridad de ambos centros de salud. "Aunque en esta ocasión sea un problema de otra índole", advirtió Valle, "es una situación más del problema que se vive en la sanidad pública y del desamparo que denuncian las mareas blancas".
Un enfermero del propio centro San Isidro señaló este viernes a este periódico que el individuo en cuestión llevaba varios "contratos eventuales" pero que "había venido poco por el ambulatorio desde el último, del 1 de julio, porque faltaba mucho y hasta se había iniciado ya un expediente disciplinario, aunque no por el motivo escandaloso de hoy". En una primera versión de este artículo, se explicaba que aún seguía en busca y captura en la mañana de este sábado. Finalmente, ha sido detenido tras 24 horas.