A la espera de los primeros pasos que dé Rosario Hernández como nueva consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, la salida de Catalina García ha sido bien recibida por la oposición y por los sindicatos tras dos años de gestión marcados por las constantes polémicas. Tan es así que la primera reacción de UGT, una de las organizaciones sindicales presentes en la Mesa Sectorial, ha sido anunciar su regreso a las mesas de negociación del SAS como "voto de confianza" a la nueva consejera. Este sindicato fue el único que había mantenido el rechazo después de que Satse, CSIF y CCOO también formaran parte de un sonado 'plantón' para denunciar los incumplimientos de la Consejería.
Hernández ha heredado el departamento más complicado de todo el Gobierno andaluz. Posiblemente la competencia más importante de las administraciones autonómicas. Y también una de las grandes preocupaciones de los andaluces como mostró el último barómetro del Centro de Estudios Andaluces que se publicó hace pocas semanas y donde se reflejaba que la sanidad era el segundo problema importante para la ciudadanía.
La sanidad siempre ha sido una cuestión convulsa, especialmente durante el último Gobierno de Susana Díaz. La pasada legislatura tampoco fue sencilla, sin embargo, los temas rutinarios quedaron en un segundo plano por la aparición del covid. Se esperaba que en esta segunda legislatura del Partido Popular se pudiera normalizar la situación y, de hecho, la elegida para dirigir las políticas sanitarias fue la número dos de Jesús Aguirre, algo que da muestras de la continuidad que se pretendía. Juanma Moreno, presidente de la Junta, ha tenido que autoenmendarse dos años después de tomar esta decisión después de acumular numerosas polémicas. Este medio se ha puesto en contacto con la Junta de Andalucía para conocer las nuevas líneas de actuación, pero no ha recibido respuesta.
Los problemas de la Atención Primaria
La nueva consejera tendrá como gran reto solucionar las cuestiones en la Atención Primaria. En muchos centros de salud sigue siendo imposible lograr una cita para la misma semana y los médicos mantienen que están sobrecargados. Un conflicto con el que se estrenó Catalina García y que estuvo a punto de costarle a la Junta una huelga liderada por el Sindicato Médico de Andalucía, el mayoritario entre los facultativos. García logró frenarla gracias al compromiso de limitar las agendas de los médicos y establecer determinados pluses para las consultas por las tarde. El acuerdo se anunció en una rueda de prensa que pareció poner fin al conflicto.
Pese a ello, Juanma Moreno tuvo que comprometerse por escrito con los grandes sindicatos a poner en marcha un plan específico para la Atención Primaria. Este plan fue suscrito por cuatro de las cinco organizaciones presentes en la Mesa Sectorial. Sólo faltó, precisamente, el Sindicato Médico. Un año después de ese acuerdo, los sindicatos volvieron a denunciar que no se estaba llevando a cabo, por lo que los cuatro firmantes decidieron levantarse de la Mesa Sectorial y, además, tres de ellos acudieron a una huelga.
Las listas de espera
Uno de los grandes argumentos de Juanma Moreno para acceder a la Junta de Andalucía fueron las listas de espera. Tras las críticas en la oposición, el PP denunció desde San Telmo que los socialistas habían ocultado "en un cajón" a medio millón de pacientes en listas de espera. Sin embargo, cinco años después de la llegada al poder, la situación no ha cambiado.
Actualmente hay más de un millón de andaluces esperando una operación o ser atendido por el especialista. La cantidad supera a lo que había un año después de la llegada de Juanma Moreno a la Junta de Andalucía. Durante varios meses, el Partido Popular argumentó que las asistencias por el covid habían provocado el retraso de las intervenciones no urgentes, pero la realidad es que el Gobierno andaluz ha tenido que poner en marcha un plan especial para intentar solucionar este aspecto.
Los conciertos con la sanidad privada
Precisamente, el recurso más explotado por el actual Gobierno para reducir las listas de espera han sido los conciertos con la sanidad privada. La Junta defiende que el porcentaje destinado a conciertos es el menor de los últimos años. Sin embargo, en el Presupuesto de 2024 se contempla la derivación de más pacientes que en 2023.
Además, a ello hay que sumarle que recientemente, en el plan para reducir las listas de espera, la Consejería de Salud anunció varios conciertos por valor de 120 millones de euros para dar contratos "a dedo" con el objetivo de derivar pacientes y aminorar los plazos que existen actualmente en la sanidad pública andaluza.
Pese a que son los temas que mayor malestar han provocado en oposición y sindicato, la realidad es que la nueva consejera tendrá que hacer frente a otras cuestiones estructurales como la actualización de la bolsa del SAS, un compromiso de García que no se ha cumplido al completo, o evitar la fuga de profesionales, un hecho que sigue mermando la plantilla del Servicio Andaluz de Salud.