La Junta de Castilla y León ha aprobado medidas para las mujeres embarazadas que son un calco de las que causaron una polémica importante en Hungría. Allí gobierna el ultraderechista Viktor Orban. En Castilla y León lo hacen PP y Vox. Aunque hay una batería de decisiones, la más controvertida es la que obligará a los médicos de la región a ofrecer escuchar el latido del feto a las mujeres que quieran abortar.
Las medidas adoptadas serán de oferta obligada para el profesional, el cual "deberá decirle a la mujer que tiene esas tres posibilidades" (atención psicosocial, latido fetal y ecografía 4D), mientras que su uso o no será una decisión voluntaria de la mujer. "No se la va a obligar a escuchar el latido de su bebé si no quiere", ha recalcado Juan García-Gallardo, vicepresidente.
Otra de las cuestiones controvertidas es la de la ecografía 4D ya que se trata de un proceso que no cubre la administración en caso de que se quiera tener el bebé, pero que sí los sufragará si la mujer quiere abortar.
En este sentido, Fernández Carriedo ha aclarado que la dotación económica para poner en práctica este servicio dependerá "en gran parte" de su utilización, ya que a priori resulta "difícil de cuantificar". "Es importante dar un servicio adecuado más allá de su coste", ha recalcado el portavoz, quien ha insistido en que se llevará a cabo un "refuerzo" de la atención.
La segunda de las medidas es el protocolo de latido fetal y el registro cardíaco, algo "optativo y complementario" con las tres ecografías preceptivas que se realizan actualmente y que se llevaría a cabo entre las semanas seis y nueve de embarazo, a fin de permitir que "antes de cualquier decisión", puedan "escuchar el latido de su hijo".
Tomar un decisión "mucho más consciente" es el fin de otra técnica "complementaria" a las tres ecografías convencionales como la ecografía 4D para que los progenitores vean "en tiempo real" el vídeo con "la cabeza, las manos, los pies o los dedos del niño gestado".
El vicepresidente de la Junta ha defendido que la monitorización de la frecuencia cardiaca, número de latidos por minuto, es una forma de evaluar el bienestar fetal, tanto en el embarazo como en el parto, siendo necesario su registro en todos los estudios ecográficos prenatales que se realicen. En este sentido, ha recordado que la técnica Doppler es habitual en la práctica clínica diaria, "de muy sencilla ejecución y disponible en todos los ecógrafos".