En este contexto de crisis sanitaria, es difícil hacer predicciones a medio plazo. Por eso, el asunto de las Zambombas en Jerez ha quedado en el aire. El delegado de Cultura de la ciudad, Francisco Camas, sí indicó que harán lo posible por realizarlas. "No podrán ser multitudinarias, ni en número ni en personas. Pueden hacerse perfectamente en espacios abiertos, como los espectáculos flamenco del verano. Desde el Ayuntamiento preveremos un número que consideremos oportuno en la calle, como se han organizado otros espectáculos", decía a 7TV este mes de octubre.
Otro delegado, Rubén Pérez, de Seguridad, sí resultaba más comedido. "Hay eventos masivos que corren serio peligro, esa es la realidad. No sabemos aún cómo estará la cosa cuando llegue esa fecha, qué orden se dictará por parte de la Junta", señalaba entonces. "Certezas no tenemos ninguna, pero seguimos trabajando en el programa festivo aunque adaptándonos a la realidad que tengamos, como no puede ser de otra manera. Hay que hacer compatible la salud con la economía, con mucha precaución y extremando protocolos".
Hay que recordar que los eventos mucho menos masivos como los de las Fiestas de la Vendimia, en septiembre, se cayeron del calendario pocos días antes afectando incluso a catas. La razón: comenzaban a multiplicarse los casos. En septiembre, Jerez encadenó varios días con medio centenar de positivos cada 24 horas, una cifra que se relajó a medida que se acercaba octubre. Hoy, tanto el hospital general del SAS como la residencia de mayores de La Granja como el hospital de San Juan Grande cuentan con focos muy peligrosos.
La clave, en realidad, no está en los contagios para que aumente el peligro del covid. El problema, advierten desde hace meses las autoridades sanitarias, es que un aumento de contagios conlleva, desgraciadamente, un aumento de ingresos. Y en eso el hospital de Jerez no puede presumir, pues la presión ha aumentado en las pasadas dos semanas. En malas cifras están en la Bahía también a ese respecto, y el Virgen del Rocío, en Sevilla, sufre importantes estragos.
Este domingo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó el nuevo decreto de estado de alarma, que tiene posibilidad de alargarse hasta mayo, con toques de queda nocturnos y otras limitaciones posibles como la movilidad entre comunidades. Así, a escasamente un mes del inicio de las Zambombas en Jerez, la pregunta es clave: ¿es posible?
Legalmente, las zambombas podrían celebrarse. Porque dentro de una semana la Junta puede dejar sin efecto las dos restricciones más importantes y no activar la tercera: reuniones de máximo seis personas, limitación horaria nocturna y movilidad interautonómica (cerrar Andalucía salvo para quienes esgriman causa justificada).
El artículo 9 del estado de alarma obliga a mantener el llamado toque de queda durante al menos los siete días siguientes, es decir, hasta el 1 de noviembre. A partir de entonces, recae sobre la Junta de Andalucía la posibilidad de mantenerlo o no, con un margen de dos horas para ampliarlo o acortarlo. Como máximo, de 22 horas a 7 de la mañana; como mínimo, de medianoche a 5 de la mañana. El toque de queda, evidentemente, es una limitación importante para unas celebraciones que alargan la madrugada de la ciudad cuando se han celebrado en todo su esplendor. Algunas se convocan a las 20 horas o incluso más tarde.
Pero otra limitación es la más importante. Porque a diferencia de unas primeras medidas de la Junta en el que se limitaban las reuniones a seis no convivientes como máximo en espacios cerrados, el actual estado de alarma amplía esas restricciones también a espacios públicos al aire libre. La puerta que abrió el Ayuntamiento en boca de Paco Camas fue la de que las celebraciones podrían ser en la calle, con número de asistentes limitados, y sin que pudieran aprobarse todas a la vez, dejando atrás los días grandes de calendarios cargados, que suelen ser durante el puente de la Constitución en los últimos años, y en el fin de semana previo a Nochebuena.
Con esta realidad en la mano, lo más probable es que el Ayuntamiento no apruebe las zambombas. Las únicas posibles, por el momento, las de aforo limitado en espacios como el Villamarta. Serían zambomas de espectáculo, separados, en asientos, con mascarilla... Pasa sobre todo por ir al teatro y vivir un espectáculo en vivo. Quizás quepa alguna reunión improvisada en la puerta de algún estbalecimiento, pero como tal y organzadas, a día de hoy, la puerta está cerrada. Tiene que ser la Junta la que, de la forma en que creyese conveniente, matizase esas restrticciones.
La tercera limitación no condiciona la existencia de zambombas, pero quizás una parte de su aforo, y es la posibilidad de cerrar Andalucía salvo causa justificada, limitar la movilidad con otras comunidades autónomas. Una mejora importante de las cifras de contagios y descenso de la presión hospitalaria podría animar a la Junta a permitir que antes de Navidad pudiese abrirse, y la realidad es que ahora mismo no está limitada porque es potestad de la propia Junta activar este artículo o no hacerlo. Dependerá, probablemente, de las decisiones que vayan tomando el resto en los próximos días, y la puerta para abrir y cerrar la movilidad dependerá de la Junta.
Con todo esto, este repaso a la realidad que ha abierto el nuevo decreto de alarma, es independiente a otra pregunta: ¿cabe celebrarlas por sentido común? ¿Caben zambombas de menos de seis convivientes que además están obligados a mantener distancia y mascarilla salvo en el momento concreto en el que, por ejemplo, tome una bebida o coma algo? La ciencia apunta a que cantar o hablar fuerte propicia que las gotículas tracen un camino más largo: es decir, al proyectar la voz, se amplía la distancia que recorre una posible gota infectada de virus y se mantenga en el ambiente. En ambientes cargados, el riesgo se multiplica. En ambientes ventilados, es mejor. Y en la calle, más improbable, pero no imposible.
Y todo cuando un evento en el que puede mantenerse algo de distancia como son las cabalgatas de reyes magos, al menos en teoría, ya se sabe que no se celebrarán ni en Jerez ni en ninguna localidad. El golpe para el centro de Jerez será brutal, toda vez que hostelería y comercio tienen en estas fechas su momento álgido, su feria de entorno urbano, animada por reuniones en la calle y consumo propio de las Navidades. Probablemente, como ha ocurrido, por ejemplo, con el carnaval de Cádiz, se decidirá efectivamente cuando los organizadores de los eventos tengan que decidir si realizan inversiones para hacer zambombas o no. Y todo apunta a que nadie apostaría su capital económico a que sí se podrán hacer desde finales de noviembre y hasta Nochebuena. Ni el más optimista escapa a la incertidumbre.