Algo tan simple como levantar la mirada hacia el cielo es un gesto que no se realiza con frecuencia. Quizá cuando parece que va a llover y poco más. Pero en Jerez existe un colectivo que lo hace y que investiga, que mira las estrellas y que tiene una sensibilidad especial con el medio ambiente.
La Agrupación Astronómica Jerezana Magallanes lleva un cuarto de siglo realizando una labor divulgativa a través del programa de radio y podcast Un punto azul –título inspirado en la obra del astrónomo Carl Sagan– que valora su contribución al conocimiento científico, así como su capacidad para crear conciencia medioambiental y convertirse en un referente inclusivo. Esto les ha llevado a la reciente obtención del IV Premio de la Federación de Asociaciones Astronómicas Españolas.
Actualmente, sus emisiones y grabaciones se realizan desde los estudios de radio del Instituto Universitario de Investigación para el Desarrollo Social Sostenible (Indess), en el campus jerezano de la Universidad de Cádiz. A lo largo de sus 25 años, el equipo de Un punto azul ha producido más de 1.000 contenidos audiovisuales y alcanzado una destacada audiencia en países como Estados Unidos, México, Argentina y Chile. Los programas se emiten por Zoom y Twitch, y bajo demanda por Ivoox, iTune, Spotify, Radio Indess y Youtube.
"El objetivo es hablar de astronomía astronáutica y ciencias del espacio. La idea es tratar de acercar la astronomía, la ciencia del espacio y ciencia en general. Tratar de atraer a la máxima gente posible al tema de la ciencia, que está un poquito dejada de la mano de Dios", explica Agustín Almoril.
La agrupación cuenta en la actualidad con cerca de 70 socios, que hacen actividades como plantar el telescopio en la plaza del Arenal los días del cuarto creciente. "A raíz de que hacíamos con la NASA la noche internacional de observación en la luna decidimos hacerlo todos los meses. Ahora en Navidad no lo hacemos porque la plaza está invadida", bromean. También dan charlas y cursos de iniciación a la astronomía.
De ese apartado se encarga Manuel Jiménez del Barco, que explica que son muchos los perfiles de personas que sienten curiosidad por conocer ese mundo: "Tenemos de todas las profesiones, tenemos médicos, abogados, estudiantes, amas de casa, cualquiera que tenga curiosidad. Una parte importante es la observación; irte a un cielo oscuro y ver las estrellas es el primer paso para que entre una curiosidad ya un poco más científica de saber qué objeto estamos viendo".
Joaquín Barroso, otro de los componentes de la agrupación, expone que el cielo de la provincia de Cádiz se ve afectado, como otros tantos, por la contaminación lumínica. "Nuestro cielo es muy malo para la astronomía. No es cuestión de que a los frikis de la astronomía no les dejen ver el cielo. Recuerdo un apagón que hubo en Jerez y al al día siguiente todo el mundo comentaba lo increíble que estaba el cielo. Las estrellas siempre están ahí. El problema es que la contaminación lumínica tiene también incidencia en la salud humana y hay una gran cantidad de insectos a los que se les está cambiando el ciclo y vamos a tener problemas".
"No hace falta iluminar hacia arriba. No queremos que la ciudad esté a oscuras, queremos que se ilumine bien. Ya esto está afectando a los animales en Los Alcornocales, que es un Parque Natural. Antes a los ayuntamientos les dolía el bolsillo, pero ahora con los LED iluminan incluso más y gastan menos. Y todo por el turismo", denuncia Almoril.
Magallanes se preocupa por darle voz a los jóvenes, que deben tomar el testigo de los investigadores más veteranos de la agrupación. Ingrid del Mar Conde es uno de estos ejemplos, que llega con nuevos impulsos para que la actividad no cese. "Quiero dedicarme en un futuro a la divulgación científica y a la investigación. En Magallanes nos planteamos la forma para poder llegar a los jóvenes y surgió Magallanes junior".
Los objetivos que se ha ido marcando la agrupación en los últimos años los ha ido logrado. Querían ser agentes de transmisión medioambiental y generadores de conciencia sobre contaminación lumínica; en materia de inclusión han incorporado a más mujeres en sus podcast; y también atraer a jóvenes que colaboren en iniciativas astronómicas no de manera pasiva, sino realizando ellos mismos las actividades.
Ingrid, representante del grupo joven de Magallanes, tiene claro que merece la pena quitar la vista del móvil para fijarse en el cielo: "Cuando miras al cielo, empiezas a hacerte un montón de preguntas. Piensas qué habrá más allá y ahí empiezas a investigar, a buscar más conceptos a y empiezas de alguna forma de adquirir más conocimiento. Ahí vas creciendo como persona y te hace no caer en las típicas noticias falsas en las que caen muchos jóvenes".
El tema ovni no podía faltar en una conversación con astrónomos y Agustín Almoril ofrece la visión profesional al respecto: "Ese tema lo tratamos con educación. Nosotros salimos muchas veces de noche y no hemos visto nada. Es muy curioso porque los astrónomos, que somos las personas que estamos más tiempo mirando arriba, somos los que menos incidentes de UFO vemos. Hay objetos voladores no identificados, pero después los identificamos".
"En el momento que empiezas a conocer un poquito de astronomía, te das cuenta de las distancias, las magnitudes y comprendes lo que es la Tierra en el universo. Ser consciente de eso te sitúa realmente", explica Barroso. Y a la pregunta del millón de si hay vida más allá de nuestro planeta, responde Manuel Jiménez del Barco: "Nosotros pensamos que seguro que hay vida. Otra cosa es que se pueda contactar con otras formas de vida. La Ecuación de Drake calcula el porcentaje de que haya vida en el universo y ahí entra un tema muy interesante como la capacidad tecnológica de que una sociedad llegue a comunicarse por radio".
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