Los precios de los alimentos aumentan en España desde este 1 de octubre. Y no por la inflación, que de hecho se ha moderado. Sino porque decae una norma que, temporalmente, rebajó el impuesto que afecta directamente a la cesta de la compra, el IVA.
En la inflación ha habido dos episodios traumáticos que han influido enormemente en la economía: la crisis económica derivada de la pandemia y la guerra en Ucrania. Las políticas de reactivación económica a nivel europeo debido al shock económico que supusieron los confinamientos a nivel mundial conllevaron un aumento de los precios porque la 'impresora' de dinero se activó enormemente. Conocidos son los fondos europeos que han ido llegando a todo tipo de políticas de fomento económico. Miles de millones inyectados en la economía para paliar las consecuencias más traumáticas y, así, atemperar el golpe. Asimismo, la guerra en Ucrania afectó enormemente al sector energético, al romperse prácticamente en Europa relaciones con Rusia, y al de los alimentos, ya que Ucrania es uno de los grandes graneros del continente.
Desde entonces, los gobiernos, y entre ellos el español, fueron tomando medidas para evitar que se disparase aún más la cesta de la compra y el coste de la vida. En esa misma línea hay que recordar la reducción de 20 céntimos del coste de carburantes. En 2023, al trasladarse definitivamente al supermercado, el Gobierno puso en marcha la supresión del IVA en aquellos productos que tenían el tipo superreducido, el del 4%. Y una bajada del 10 al 5% en algunos de los otros alimentos a los que se aplica el superreducido.
Ahora, esa medida decae parcialmente. Aquellos productos que tenían el 4% y pasaron a estar en el 0% desde este 1 de octubre se colocan en el 2% y a partir del 1 de enero de 2025, volviendo al 4% original. Algo similar a los del resto de alimentos a los que se aplicó la otra rebaja: del 10% original pasaron al 5% y hasta final de año se situarán en el 7,5% de IVA.
La excepción fue el aceite de oliva. Si bien es de los productos a los que se les aplica originalmente el 10%, en este caso se pasó al 0%. Y desde enero de 2025 será ya considerado producto básico y tributará al 4%. Es la única medida económica que sí va a perdurar en el tiempo.
Los alimentos que este martes 1 de octubre pasan del 0% al 2% son los siguientes:
- El pan común, así como la masa de pan común congelada y el pan común congelado destinados exclusivamente a la elaboración del pan común.
- Las harinas panificables.
- Las leches producidas por cualquier especie animal: natural, certificada, pasteurizada, concentrada, desnatada, esterilizada, UHT, evaporada y en polvo.
- Los quesos.
- Los huevos.
- Las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales que tengan la condición de productos naturales de acuerdo con el Código Alimentario y las disposiciones dictadas para su desarrollo.
- Los aceites de oliva. Si el 1 de enero de 2023 el IVA de este producto bajó del 10% al 5%, el Consejo de Ministros del 25 de junio de 2024 acordó dejarlo en el 0%. Además, el Ejecutivo promoverá una reforma de la ley del IVA para que el aceite de oliva pase a formar parte del grupo de alimentos básicos, de forma que a partir del 1 de enero de 2025 este producto tributará también de forma permanente en el tipo superreducido del 4%.
Los productos que pasan del 5% al 7,5% son solo los siguientes:
- Los aceites de semillas.
- Las pastas alimenticias.
Los consumidores tienen dudas
La organización Facua ha puesto en duda esta medida desde el principio, por una razón muy simple: desde que se aplicó, el temor era que muchos supermercados no actualizaran sus precios y esa diferencia que teóricamente debía favorecer la bajada de impuestos acabara en las cuentas de beneficios de los supermercados.
"Si la norma de por sí representaba ínfimas bajadas de precios en productos que en muchos casos venían experimentando incrementos descomunales, la ineficacia de la rebaja fiscal ha sido mayor ante la falta de controles sobre las grandes cadenas de distribución para hacerles cumplir la prohibición de subir márgenes", señala Facua. "Durante todos estos meses, Facua ha venido haciendo un seguimiento mensual de precios y ha alertado de que los supermercados pueden haber vulnerado la prohibición de aumentar sus márgenes de beneficio en muchos productos".
El Gobierno prometió que esto no se daría: "La normativa establece que todas las reducciones aplicadas en este marco legal deben reflejarse en el precio final del producto y beneficiar íntegramente a los consumidores. La situación fiscal más ventajosa no debe repercutir en ningún caso en posibles beneficios empresariales". Pero, dentro de la libertad del sector privado para establecer sus propios precios, y a falta de controles, todo apunta a que finalmente este martes no es que se recuperen los precios previos a la rebaja fiscal, sino que directamente subirá el coste.
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