El Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima (Covam), dependiente del Ministerio de Defensa, hace el seguimiento de 50.000 barcos cada día y registra 3.000 incidencias al año, entre ellas las que, al parecer, según fuentes de la Armada, habrían provocado la participación en los últimos días de dos unidades navales con base en Rota, una española y otra norteamericana.
Una vez en aguas atlánticas las dos unidades navales se habrían unido a otros efectivos de la Marina portuguesa, sin que la oficina de prensa de la Armada haya contestado aún a los requerimientos de información de lavozdelsur.es y otro medio de comunicación más.
Según publica El Periódico de Cataluña, la Armada vigila la actividad de barcos rusos sobre cables submarinos en aguas españolas y desde la primavera pasada se han detectado más de 3 prospecciones de escucha sobre redes sumergidas, sin que haya habido una confirmación oficial por parte del Covam. Según este mismo periódico se han producido más tránsitos sospechosos que han sido controlados por el centro de operaciones pero de lo que no se facilita información por ser materia reservada que afecta a la seguridad nacional y más en momentos de crisis.
Otro periódico, ABC, sigue la línea informativa abierta por lavozdelsur.es y hoy hace referencia al tema con una información que titula "La sombra del sabotaje se cierne sobre las autopistas submarinas digitales". "Son infraestructuras críticas en tanto que de esas redes sumergidas dependen el internet civil que todo el mundo usa, el funcionamiento de los mercados financieros e incluso algunas capacidades militares", explicaba Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN. El rotativo añade que según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), a través de estos cables se realizan transferencias financieras por valor de diez billones al día.
Colin Wall, del CSIS, señala que "las dos preocupaciones principales son que los cables podrían ser destruidos o intervenidos, ya sea por un actor no estatal, según algunos incidentes aislados recientes de piratería, o, más probablemente, por un adversario estatal como Rusia. De hecho, en los últimos años, la atención rusa a los cables submarinos transatlánticos, particularmente en el Océano Atlántico Norte, ha aumentado proporcionalmente a la percepción de la OTAN de la importancia y vulnerabilidad de los cables submarinos".
La mayor concentración de cables del Atlántico conecta Estados Unidos con Europa vía Portugal, España, Francia, Irlanda y Reino Unido. Constituyen una verdadera autopista digital. Además, hay multitud de redes que van de norte a sur, y viceversa, conectando los diferentes países de las costas atlánticas de África, por un lado, y de Centroamérica y Sudamérica, por el otro.
Estados Unidos y Europa temen una acción fulminante del presidente ruso, Vladimir Putin, que podría utilizar el submarino K-329 Belgorod para cortar o sabotear los principales cables submarinos provocando un enorme caos global, interrumpiendo todas las comunicaciones mundiales y paralizando el informatizado sistema financiero internacional.
También se investiga el tránsito de mercantes o pesqueros que, en realidad, llevan a bordo sofisticados sistemas de control de las comunicaciones.
Según El Periódico de Cataluña, las fuentes navales consultadas admiten que el Covam y otro sistema de vigilancia naval han reforzado la atención sobre las infraestructuras críticas submarinas desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania.
En el año 2021 el Covam detectó 409 violaciones de aguas territoriales, 1.240 incidencias relacionadas con la inmigración y 388 con el narcotráfico, hay en el catálogo de incidentes frecuentes prospecciones ilegales de empresas cazatesoros en busca de pecios sumergidos.
El Covam por dentro
Según se explica en la Revista Española de Defensa “el centro de operaciones del Covam, creado en 2006 y ubicado en Cartagena, está presidido por una gran pantalla donde aparecen etiquetados —rumbo, velocidad y situación— los barcos que vigilan”.
A los lados, otras pantallas más pequeñas. En una de ellas, con el sistema propio del centro, el Encomar (Entorno Cooperativo de la Armada), ven los mercantes que navegan por una zona concreta.
En otra, aparece la información de Segepesca y, así, saben dónde están faenando los pesqueros españoles. En otra sala están los sistemas clasificados y, a través de ellos, contactan con otras marinas, con la OTAN, la Unión Europea y aliados. La comunicación con los buques militares se realiza a través de sistemas propios de las Fuerzas Armadas; con el resto, a través del teléfono o internet.
Precisamente el pasado día 5 el vicealmirante Alfonso Delgado Moreno tomó posesión como nuevo almirante de la Fuerza de Acción Marítima, encargada de proyectar la acción del Estado en la mar y cuyo cuartel general está en Cartagena, por lo que está al mando del Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima.
El almirante Delgado Moreno es ahora el máximo responsable del “planeamiento, conducción y seguimiento de las operaciones de vigilancia y seguridad de los espacios marítimos de soberanía, responsabilidad e interés nacional”, ya que también es comandante del Mando Operativo Marítimo, subordinado al jefe del Estado Mayor de la Defensa. La entrega del mando al nuevo comandante naval de Almería, Ángel Gamboa, tendrá lugar este lunes 24 y estará presidida por el almirante de Acción Marítima de la Armada, el vicealmirante Alfonso Delgado Moreno.
Cables que parten de la costa andaluza
España no se queda atrás en sus conexiones submarinas con sus países vecinos y con otros continentes. Sus puntos de unión, donde convergen varios cables, son Bilbao, Barcelona, Valencia y varias localidades andaluzas, como Chipiona, Rota y Conil, que, además, sirven para conectar cables submarinos entre la península y las Islas Canarias. Por su parte, Mallorca está conectada con Barcelona y Valencia pero también con el país vecino de Algeria, según el portal ThinkBig, patrocinado por Telefónica.
De los cables submarinos ya en funcionamiento destaca Marea (mayo de 2018), que une España con Estados Unidos gracias a un consorcio que incluye Facebook, Microsoft y Telxius. Esta última, fundada en 2016, es propiedad de Telefónica y gestiona 94.000 kilómetros de cables submarinos que conectan 93 puntos y 23 países.
Precisamente uno de los cables submarinos más extensos que parten de España es el conocido con los acrónimos SAT-3/WASC. Con 14.350 kilómetros de longitud, une España y Portugal con la costa africana atlántica. Diez países conectados gracias a un consorcio de más de 30 empresas de telecomunicaciones que operan en la zona.
Antes de que termine el presente año 2022 se tiene que inaugurar el cable submarino Grace Hopper, propiedad de Google, que une España, Reino Unido y Estados Unidos con sus más de 7.000 kilómetros de longitud.
"Nuestros cables submarinos juegan un papel protagonista en este trabajo, conectando la infraestructura en la nube que incluye más de 100 ubicaciones de borde de red y más de 7,500 nodos de almacenamiento en caché", explican en Google.
Otro proyecto es el cable 2Africa, que se inaugurará a partir de 2023. Cuenta con más de 45.000 kilómetros de longitud y pretende unir España, Francia, Italia, Portugal y Reino Unido con la práctica totalidad de países africanos con costa y con otros países más alejados como India, Pakistán o Arabia Saudí.