La empatía, el amor por la música y las ganas de contribuir al crecimiento y desarrollo personal de distintos colectivos. Son los ingredientes que se unen para dar vida a Arte Humano, una pyme de mujeres profesionales de la Bahía de Cádiz nacida en El Puerto que apuesta por la magia de la sencillez para sacar sonrisas.
Justamente eso ha conseguido la fundadora de este proyecto, Alicia Castro, en varias ocasiones desde que se dedica a trabajar con las personas. “Para alguien que está perdiendo sus capacidades, esto es muy importante”, dice la argentina, natural de Buenos Aires, enrollando un cordón sobre una base de madera.
En sus manos sujeta uno de los juegos educativos para la estimulación psicomotriz que ha creado. Musicoterapeuta, profesora de canto, trabajadora de la residencia de Cruz Roja en San Fernando, arquitecta. Alicia llegó hace 20 años a El Puerto, donde el año pasado tomó la decisión de emprender tras años de experiencia desarrollando talleres de musicoterapia.
La idea surgió a raíz de sus vivencias, sobre todo, en las residencias de mayores. “En estos sitios veo como recortan con cartones, pero no tienen un material específico y, a veces, trabajan con juegos para niños que no les gusta”, expresa la directora de la iniciativa que, a lo largo de este tiempo, optó por fabricar sus propias herramientas para complementar sus talleres ante la falta de oferta.
“En las residencias no había material específico”
Con la patente recién registrada, Alicia asegura que ha sido su paso por estos centros lo que le ha hecho percatarse de esta necesidad. Así, junto a otras profesionales como una trabajadora social o una psicóloga, crea dispositivos que ayudan a personas mayores, con discapacidad o niños de entre 2 y 10 años a mejorar su movilidad o su memoria.
Objetos, en su mayoría hechos de madera, que trata de dar a conocer en colegios y residencias donde, además de proponerlos, imparte al personal formación para su uso. “Estoy planteando un proyecto para que los cuidadores a domicilio puedan llevar su propio equipo de estimulación psicomotriz”, explica rodeada de juegos.
Alicia lleva años dando visibilidad a la musicoterapia, esa desconocida que usa la armonía o el ritmo para generar cambios positivos en las personas. Una disciplina que se reduce a un máster en España cuando en su país de origen es un grado de seis años.
Poco a poco, la argentina se fue ganando un hueco en la programación de este tipo de centros. Una de sus experiencias fue en la escuela de mayores activos de Purullena - cuyas actividades fueron suprimidas antes de la pandemia, en febrero de 2020, por problemas entre las concejalías de Servicios Sociales y Economía.
Allí proponía actividades y juegos con los que unos 80 vecinos mayores se lo pasaban en grande. “Me desinhibía. Pierdes el sentido del ridículo y se te olvida que te duele aquí", expresa Pilar, sevillana afincada en El Puerto desde hace 40 años que asistía a estos talleres de musicoterapia. A su lado, Reme, natural de Paterna, asegura que cuando salían, “estábamos muy animadas y parecíamos otras personas”.
“Con la musicoterapia pierdes el sentido del ridículo”
Ellas notaban los beneficios de la música. Momentos que, actualmente, solo pueden quedar relegados a ser recuerdos. “Hay un mundo invisibilizado que es el mundo de los mayores. Existe la necesidad de estímulos para ellos, no es solo limpiarlos y cambiarles la medicación”, manifiesta Alicia mientras comienza a mostrar cada uno de los juegos de Arte Humano.
Todos están fabricados en un pequeño taller donde se dedican a ensamblar piezas. El proyecto presenta dos líneas, por un lado, fichas y por otro, juegos de madera como un clasificador de roscas o un dominó creado en colaboración con Rancho Cortesano. Con la luz del sol acariciando la ventana, Reme y Pilar atienden a las fichas de alimentos, emoticonos, números, ropa o animales que la creativa va sacando de tres cajas.
“Nombrad cosas que se encuentran en un hogar”, les dice. Las amigas se decantan por un sofá y una cama. “Ahora, hacemos una oración con estas palabras”, anima Alicia. De pronto, Pilar participa: -“Del sofá, me voy a la cama”.
“Con estas fichas se pueden crear un montón de juegos y dinámicas intelectuales”, comenta la argentina mientras Reme expresa que “trabaja la mente totalmente”.
Durante la sesión, no solo ejercitan la agilidad cognitiva sino también el movimiento de las manos, los brazos, las muñecas o los dedos. Y lo hacen mediante la manipulación de juegos de distintos modelos que combinan sobre una base plana con asa, varias torres, argollas y ganchos en los que se pueden colocar cordones y elásticos.
“Las argollas facilitan el movimiento vertical de la mano y los elásticos otorgan presión”, comenta. Pilar y Reme se concentran en enrollar los cordones y las gomas a su antojo realizando movimientos. Con la mente y el cuerpo entretenidas, se sumergen en los desafíos que Alicia les muestra.
Arte Humano vende sus juegos en canastos. Recursos para trabajar jugando y musicalizando con el objetivo de frenar las patologías neurodegenerativas que se presentan con el paso del tiempo. Una apuesta diferente por el bienestar y la salud desde un rincón de El Puerto.
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