Unas patatas fritas del McDonald's, que al parecer estaban frías en el momento de ser servidas, ha sido la causa por la que un joven de 20 años ha asesinado a un empleado de la cadena de comida rápida.
Los hechos han ocurrido en Brooklyn (Nueva York). La madre del homicida presentó una queja porque sus patatas estaban frías. En ese momento, hablaba por videollamada con su hijo que, supuestamente, vio cómo los empleados se reían de su madre.
Tras esto, el joven se desplazó hasta el McDonald's y se puso a discutir de manera violenta con Matthew Webb. La bronca se trasladó a las puertas del restaurante, donde Michael Morgan, el autor de los hechos, golpeó en la cara y disparó en el cuello al empleado, que quedó en muerte cerebral.
El agresor ya fue acusado de la muerte de un hombre de 28 años en el área del restaurante y ha confesado a la Policía un asesinato que estaba sin resolver.