Una historia muy triste que está traspasando las fronteras del Reino Unido, que se encuentra conmocionado tras la muerte de un bebé de dos años en brazos de su padre, de 60 años, que también había perdido previamente la vida de un infarto.
El pequeño, que no se separó de su padre muerto, falleció de hambre tras llevarse varios días sin beber ni ingerir ningún alimento.
La familia se encontraba en riesgo de exclusión social y una trabajadora social acudía al domicilio de manera regular. En las dos últimas visitas no pudo ver a la familia, algo que hizo saltar las alarmas.
Tras avisar a las autoridades competentes, la trabajadora acabó entrando en el domicilio con una llave que le había facilitado el casero. En el interior se encontró con la trágica imagen de los cadáveres del padre y el hijo en sus brazos.