Bernardo Montoya, el hombre de 50 años detenido este martes por su presunta implicación en el crimen de Laura Luelmo, la joven profesora zamorana de 26 años destinada en un instituto de Nerva (Huelva), ha confesado haberla matado.
Fuentes de la investigación han informado que el detenido ha reconocido a primera hora de esta mañana en dependencias de la Guardia Civil de Huelva que mató a la joven.
Montoya es natural de Cortegana (Huelva), donde reside su familia. No obstante, tanto él como su hermano gemelo se trasladaron a El Campillo al salir de prisión. Bernardo asesinó a una mujer en la localidad asestándole varias puñaladas, hechos que originaron graves disturbios en el pueblo contra la familia Montoya.
El principal sospechoso del caso, reconoció haberse cruzado con la víctima, tras su detención, y haber tenido contacto físico con ella el día de su desaparición, el pasado miércoles 12 de diciembre. "Nos ha contado que se la encontró en su camino, que tuvo una fuerte discusión con ella y un forcejeo".
En su confesión, Montoya ha explicado que tras discutir con ella, le pegó un golpe en la cabeza, la metió en el maletero del coche y tiró su cuerpo en el lugar en el que la encontraron, a 4 kilómetros de El Campillo (Huelva). No obstante, junto al cuerpo de la víctima se hallaba su ropa desperdigada y arrancada, por lo que los investigadores creen que fue allí mismo donde la mató su agresor, empleando “una violencia extrema” hasta que sometió a su víctima tras forcejear.
Según varios testigos, Montoya intimidaba a diario a Laura. Se sentaba frente a la puerta de su casa y la observaba con descaro. Ella le llegó a temer, ya que la víctima le llegó a decir a su novio el miedo que le provocaba la actitud de su vecino, Bernardo Montoya.
Según El País, es posible que el ahora autor confeso del crimen sea trasladado al lugar donde dejó el cadáver de la joven para hacer una reconstrucción de los hechos, en las próximas horas.