La bioimpresión es una de las técnicas más esperanzadoras de la medicina regenerativa. Gracias a ella se pueden modelar diferentes tejidos y estructuras orgánicas, regenerando cartílagos o piel y generando modelos vivos para el desarrollo de fármacos, entre otras muchas cosas.
Regemat 3D, ubicada en Granada, es una empresa pionera en España en la fabricación de tecnología relacionada con la bioimpresión. Su CEO, el ingeniero de software Manuel Figueruela, ha contado a lavozdelsur.es algunos de los secretos de la que posiblemente será una de las grandes revoluciones en medicina del futuro. Un futuro que, según demuestra esta empresa, ya está aquí.
“Nosotros diseñamos, personalizamos y distribuimos impresoras capaces de 'fabricar' tejido humano”, explica el ingeniero Figueruela. “Estas bioimpresoras 3D imprimen estructuras que sirven de soporte a las células", explica Figueruela. Con esto puede lograrse la regeneración de tejidos dañados o, en un futuro, el reemplazo de órganos.
Regemat 3D vende sus equipos a hospitales, centros de investigación, universidades y farmacéuticas. Desde su fundación, colabora en proyectos de investigación en más de 28 países “con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes y, ojalá muy pronto, lograr salvar vidas”, sueña Manuel.
Todo se hace en sus instalaciones de Granada, desde donde Regemat suministra sus bioimpresoras a más de 28 países de todo el mundo, entre los que se encuentran Colombia, México, Costa Rica, Argentina, Chile, Alemania, Bélgica, Reino Unido, China, India, Omán, Arabia Saudí o Australia.
“Actualmente, estas bioimpresoras se utilizan en laboratorios para investigaciones porque aún están esperando ser aprobadas por la regulación de la Agencia Europea del Medicamento”, explica Figueruela. “Desde allí nos han explicado que, desgraciadamente, en estos casos, la ciencia y tecnología van por delante de la regulación. Por eso estamos manteniendo un contacto estrecho con las autoridades sanitarias, que nos han pedido que les ayudemos a escribir el regulatorio, aportando informes de nuestras propias investigaciones”, relata el CEO de Regemat 3D.
“Lo que nosotros queremos es pasar del laboratorio a los ensayos clínicos en hospitales, que es el paso inmediatamente anterior al uso de las alternativas que ofrece la bioimpresión como tratamiento legal en humanos”, asegura Manuel. “De hecho, esperamos que en cuestión de un año más o menos la bioimpresión sea utilizada en casos de ‘uso compasivo’ en ciertos hospitales de Portugal. Los resultados que se obtengan de ese uso en pacientes terminales servirán para agilizar la regulación de la bioimpresión”, subraya.
Fuera de la Unión Europea, existen países que ya han realizado ensayos clínicos con pacientes, como México. Allí, a partir de las estructuras obtenidas con las bioimpresoras granaínas, se está consiguiendo regenerar lesiones osteocondrales de rodilla. “El primer paso para llevar a cabo este proceso es obtener células de grasa subrotuliana. A partir de ellas, se imprime un soporte (scaffold) que tiene la misma estructura y dimensiones que la lesión del paciente. Después, se inyectan las células sobre ese scaffold y se implanta en la rodilla. Las células regeneran la parte lesionada y, en menos de dos años, no quedan restos del soporte, ya que es biocompatible y bioabsorbible”, afirma con orgullo Manuel.
Las biompresoras 3D tienen aplicaciones en la investigación de enfermedades y el desarrollo de fármacos. “Se puede imprimir un tumor de cáncer de colon humano sobre el que probar directamente los futuros fármacos, como se está haciendo en la Universidad de Granada”, explica Figueruela. “Los medicamentos se pueden probar así antes de hacer ensayos clínicos con personas, que, al ser muy costosos para las farmacéuticas, siempre se retrasan hasta estar muy seguros de que van a salir bien”, precisa este ingeniero.
“Además, con la bioimpresión puede evitarse el proceso de testar los fármacos en animales, porque podrán testarse directamente sobre tejidos humanos, con lo que, además de agilizar el proceso, podemos reducir el uso de animales en los laboratorios”, asegura Manuel. “Por otro lado, con el biorreactor que hemos diseñado, que es una especie de incubadora que imita las condiciones físicas y mecánicas de los tejidos en humanos, tenemos garantizada la obtención de resultados extraordinarios en los ensayos”.
Otro de los más grandes y extraordinarios logros de esta tecnología ha sido el conseguido por la Facultad de Medicina de la Universidad de Sidney. “Gracias a la bioimpresión, los investigadores de esta facultad han logrado regenerar tejido cardíaco necrosado, garantizando la inervación y la irrigación del tejido. Es algo que para muchos suena ciencia ficción, pero que ya es totalmente real”, puntualiza Manuel.
“En el hospital de La Paz en Madrid estamos en varios proyectos, como impresión de piel trilaminar, impresión de córnea o impresión, como os decía, de tumores de cáncer de colon para el testado de fármacos”, ejemplifica el CEO de Regemat 3D. “El objetivo, además de mejorar las condiciones de vida de muchos pacientes, es llegar a curar enfermedades que hoy por hoy son incurables”, asegura Figueruela.
Tan prometedor es el futuro de estas bioimpresoras, que hasta la Agencia Espacial Europea se ha interesado en ellas. Con esta tecnología pretenden “curar las heridas de los astronautas de la estación espacial que se encuentran en gravedad cero”. Por el momento, la prioridad es que la Agencia Europea del Medicamento termine de redactar el regulatorio que permitirá llevar los resultados a ensayos clínicos. Entonces, quedará abierta una inmensa puerta a la esperanza para muchos pacientes cuyas enfermedades hoy no tienen cura.
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