El Viernes Santo volvió después de dos años de parón. En El Puerto, la hermandad del Cristo de la Veracruz y María Santísima de Consolación y Lágrimas inició su recorrido desde la parroquia de San Joaquín en un día especial con sol y calor.
Durante su penitencia, tuvo un gesto con las personas que padecen autismo. La Junta de Gobierno había decidido que esta Semana Santa, trancurriría por un tramo de calle totalmente en silencio y así lo hizo.
Desde la calle Palacios desde la esquina con Jesús de los Milagros hasta el cruce con la calle San Bartolomé, los músicos de las bandas de la Veracruz dejaron de tocar las marchas. El Cristo, un crucificado del siglo XVI que vino de América, pasó como si levitara con la delicadeza y respeto que mantienen los costaleros para que la imagen sufra lo menos posible.
"Para que toda persona pueda disfrutar del paso de la Cofradía sin problema alguno", señalaba la hermandad en sus redes sociales. Un detalle que ha sido aplaudido por muchos vecinos. "Muy buena iniciativa espero que el resto de hermandades vayan tomando ejemplo y en poco tiempo sea ya algo habitual", ha expresado uno de ellos.