Cristiano Ronaldo se llevó un buen susto este lunes por la mañana, cuando uno de sus coches de alta gama se estrelló contra la entrada de una casa de campo en Bunyola, municipio perteneciente a Mallorca, donde el portugués está disfrutando con su familia de las vacaciones veraniegas desde el 14 de junio.
El vehículo no lo conducía él, sino uno de sus empleados, que tomó los mandos de un Bugatti Veyron de color negro, un deportivo biplaza de 900 caballos y valorado en 21 millones de euros. Hasta el momento se desconocen las causas del accidente.
Según la información publicada por Diario de Mallorca, el conductor trató de evitar la colisión frenando con fuerza (prueba de ello son las marcas de frenada que quedaron grabadas en el asfalto) pero no logró evitar la colisión con la entrada de la vivienda y contra un cobertizo donde estaban guardadas varias bombonas de butano, quedando ambos completamente destrozados.
La Guardia Civil y la Policía Local de Bunyola se desplazaron hasta el lugar de los hechos, donde pudieron constatar que el conductor no había sufrido ningún daño. Por su parte, la parte frontal del coche ha quedado en muy mal estado. Los agentes han confirmado que el empleado de Cristiano Ronaldo ha firmado un parte de accidente amistoso.
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