Con hasta tres mil kilos de hachís pueden ir cargadas las narcolanchas que meten la droga en España por el Campo de Gibraltar desde Marruecos, donde operan los principales narcos españoles. A un millón de euros puede ascender el valor de la droga en cada viaje que realizan en unas embarcaciones cada vez más potentes y que cuestan alrededor de 300.000 euros. Dentro de las cifras del narcotráfico, cuyos clanes están perfectamente jerarquizados, la figura del piloto es de las más valoradas. En cada operación, un piloto puede llevarse unos 60.000 euros.
A Kiko el Cabra, el conductor de la narcolancha que embistió contra la patrullera de la Guardia Civil, matando a dos agentes, no se le considera un piloto del primer escalafón. Sus trabajos están cuantificados en 30.000 euros y lo que hizo el viernes en aguas de Barbate ha provocado incluso rechazo dentro de algunos clanes de la droga que se van a encontrar con un mayor control policial en la zona tras lo sucedido.
El Cabra, en el momento que atacó a la embarcación de la Benemérita, no llevaba ninguna carga y los propios narcos no entienden cómo se puso a jugar al gato y al ratón con los agentes. Miguel Ángel Ramos, miembro de la Asociación Unificada de la Guardia Civil, ha señalado que "los pilotos suelen huir nada más escuchar los helicópteros. No atacan de esta forma. Esto que ha hecho este sujeto va a tener muchas repercusiones entre los propios clanes".
El Cabra, en el momento que atacó a la embarcación de la Benemérita, no llevaba ninguna carga y los propios narcos no entienden cómo se puso a jugar al gato y al ratón con los agentes. Miguel Ángel Ramos, miembro de la Asociación Unificada de la Guardia Civil, ha señalado que "los pilotos suelen huir nada más escuchar los helicópteros. No atacan de esta forma. Esto que ha hecho este sujeto va a tener muchas repercusiones entre los propios clanes".
Más medidas policiales y judiciales
Las muertes en la lucha contra el narcotráfico de los dos agentes se suma a una lista trágica que supera los 20 fallecidos desde el año 2015. Francisco Mena, presidente de la coordinadora antidroga Alternativas para el Campo de Gibraltar, ha referido en Cope que "no es la primera vez que ocurre esto, no son los primeros agentes que mueren en acto de servicio". En este sentido, ha recordado el fallecimiento de un agente de la Policía Local en una persecución hace nueve años, la de un Guardia Civil de tráfico poco después y al poco tiempo la de un agente de Aduanas.
"¿Cuántos muertos tiene que haber para dar solución a esta problemática? Venimos reclamando medidas policiales y judiciales. No es de recibo, como ocurrió hace poco tiempo, que el Juzgado Mixto de Barbate, que toca temas civiles y penales, tuvo que archivar una causa de narcotráfico porque llevaba doce años instruyéndose. Eso le da alas al narcotráfico, lo empodera y crea alarma social entre los ciudadanos", ha destacado Mena.
Desde su coordinadora antidroga elaboraron un Plan Integral para el Campo de Gibraltar en el que dejaron claro que hay que trabajar socialmente desde abajo. "Los jóvenes que viven en ciertas barriadas, que están deprimidas, hay paro y no hay expectativas de vida, son el caldo de cultivo para que entren en el narcotráfico. Hay que hacerles ver que pueden tener un futuro trabajando de forma honrada".