Este año, la esperada lluvia de meteoros de las Perseidas alcanza su punto máximo durante la noche del 12 al 13 de agosto, brindando a los observadores del cielo un regalo que suele ser impresionante.
Los meteoros se ven mejor desde el hemisferio norte y, en condiciones ideales, sin nubes, los observadores podrán ver hasta 50 cada hora. Además, la Luna no interferirá, según un comunicado de la Royal Astronomical Society (RAS).
Los meteoritos son el resultado de pequeñas partículas que ingresan en la atmósfera de la Tierra a alta velocidad, generalmente alrededor de 60 km por segundo. Los pedazos de escombros se calientan debido a la fricción con el aire y, por lo general, se destruyen en menos de un segundo a altitudes superiores a los 80 km. El aire sobrecalentado alrededor del meteorito brilla brevemente y es visible como un rayo de luz conocido como "estrella fugaz".
El mejor momento para verlo en España es la noche de este mismo sábado, 12 de agosto. En esta fecha, que además coincide con la Luna menguante, las Lágrimas de San Lorenzo, nombre por el que también se conocen las Perseidas, se verán en todo el hemisferio norte.
La Luna será una delgada media luna saliendo poco antes de que comience el crepúsculo, por lo que la luz de la luna no interferirá, y hay una ventaja real de estar en un sitio de cielo oscuro lejos de las luces de los pueblos y ciudades.
Dónde verlas
Según el Observatorio Astronómico, el lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro, si bien es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que limiten el campo de visión.
Aunque las Perseidas parecen venir de la constelación de Perseo (de ahí su nombre), se pueden ver en cualquier parte del cielo, por lo que conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza antes de su ocaso. En cualquier caso, lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.