Llega el verano y con él la huida a las segundas residencias de quienes las tengan en el interior, el pueblo o en la costa. Eso implica dejar vacía la vivienda habitual, lo que provoca inquietud en los propietarios ante la alarma de la cada vez más extendida ocupación de viviendas, como el peor de los escenarios sin dejar de lado el robo.
La ocupación ilegal ha aumentado de forma forma importante y especialmente por la detección de bandas o mafias organizadas dedicadas a estos delitos. Para lograr su objetivo, además se activar una estrecha vigilancia del inmueble al que le han echado el ojo, se sirven de múltiples técnicas destinadas a averiguar si la casa o el piso está vacío y la forma con la que hacer posible que el desalojo policial no pueda ser inmediato.
El Cuerpo Nacional de Policía, en los consejos y advertencias que lanzan con la llegada del verano, ha alertado sobre un metido que se está extendiendo en los últimos tiempos en las zonas turísticas de parte del país. Se trata de la técnica ‘pidopizza'.
Consiste en pedir una pizza a domicilio en la vivienda que se va a ocupar. La banda que pretender entrar en la vivienda la recogen en el portal. Conservan durante 48 horas el ticket de la pizza ya pagada. ¿Por qué? En caso de que un vecino o alguien denuncie la ocupación, los delincuentes, con el ticket, pueden justificar que llevan viviendo allí desde hace dos días, el plazo mínimo necesario para detener el desalojo inmediato.
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