La crueldad humana no tiene límites y el caso del peque Ragnar lo de muestra. El miércoles los bomberos del pueblo sevillano de Alcalá de Guadaira tuvieron que rescatar a un perro galfo de un canal de cuatro metros de profundidad.
Según cuenta la asociación Fundación Benjamin Mehnert, quien se ha hecho cargo del animal, cuando lo encontraron estaba “metido en un saco para que muera en agonía y de la forma más cruel posible”.
“Su diagnóstico es terrible: tiene un derrame en el ojo, múltiples contusiones por todo el cuerpo y la columna vertebral completamente seccionada con posible daño medular. Esto significa que probablemente jamás vuelva a caminar”, cuenta en redes sociales la Fundación.
A pesar de los cuidados la situación del pequeño animal sigue siendo crítica. Sus cuidadores actualizan cada pocas horas su evolución en redes sociales. “Durante la tarde de ayer, Ragnar seguía en shock y apenas se movía. Ya a la noche, con la segunda dosis de la medicación, se encontraba algo mejor y lo bueno es que tenía mucho apetito y devoró la comida que le dimos.”, comienza contando.
“Está mañana, sin embargo, Ragnar volvía a estar inmóvil, muy apático y a pesar del fuerte tratamiento analgésico se quejaba de dolor. Normalmente, horas después del golpe es cuando empieza a doler más porque es cuando se produce la hinchazón”, relatan.
El animal necesita una operación bastante costosa, por lo que la Fundación pide ayuda para que pueda salir adelante y tener una segunda oportunidad. Personas de todo el mundo se han volcado en la causa.
La fundación ha dejado pide que si alguien quiere colaborar puede hacerlo a través del código Bizum: 07358; por el número de cuenta: IBAN ES54 2100 7719 2113 0001 6354 y por Paypal: info@fundacionbm.com.