La práctica del ayuno intermitente puede tener importantes riesgos para la salud si se realiza para compensar los excesos de comidas navideñas o de fin de semana y, además, no se debe seguir sin valorar previamente con un especialista las distintas opciones de tratamiento según el objetivo deseado y siempre personalizando la dieta, según ha indicado Lourdes de la Bastida, nutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba.
Tal y como ha indicado la institución hospitalaria en una nota, la nutricionista ha explicado que tras los días navideños "es muy frecuente buscar propuestas atractivas y apetecibles para reducir el peso adquirido", sin embargo "debemos tener cuidado con la información que consultemos o dónde acudimos, para evitar poner en riesgo nuestra salud".
El ayuno es una estrategia alimentaria basada en limitar la ingesta en un horario determinado para conseguir la ventana de ayuno (el tiempo dedicado a no ingerir ningún alimento), generalmente por la noche, eliminando el desayuno o la cena. Por ejemplo, al cenar a las 21,00 horas y desayunar a las 9,00 horas "ya se realiza un ayuno de 12 horas, manteniendo así tres comidas principales".
En este sentido, ha señalado que existen diferentes tipos de ayuno según los objetivos deseados. El más habitual suele ser dejar 12 horas de ayuno pero también se podrían dejar 16 o 20 horas sin comer. Alternar días tomando solo líquidos acalóricos con días donde se come con total libertad también es otro tipo de ayuno intermitente, pudiendo consumirse agua con o sin gas, infusiones, café solo o caldos filtrados.
Lourdes de la Bastida ha insistido en que para comenzar una estrategia con ayuno hay que asegurarse de que "hay una buena base de educación nutricional y no utilizarlo como primera opción de tratamiento dietético para perder peso o mejorar alguna situación de salud". Además, es fundamental tener en cuenta el estilo de vida, el estado emocional, los horarios de comidas, la calidad del sueño, y el nivel de actividad física, entre otros aspectos. En cualquier caso, el ayuno debe estar basado en un patrón de alimentación saludable, incluyendo frutas, verduras, legumbres y frutos secos, ha afirmado.
En caso de presentar patologías como diabetes, gastritis, reflujo gastroesofágico, trastornos de conducta alimentaria, patología tiroidea mal controlada, o pacientes malnutridos que necesiten aumentar de peso, la estrategia de ayuno está contraindicada, así como en niños, adolescentes, durante el embarazo y en la lactancia, pues se puede comprometer su correcto crecimiento y desarrollo.
Ventajas e inconvenientes
El ayuno intermitente presenta como ventajas, ayudar a la pérdida de peso y reducción de grasa corporal en sobrepeso u obesidad debido a la restricción calórica, así como la posibilidad de mejorar la resistencia a la insulina, mayor saciedad o mejor regulación del apetito, favorecer el sistema inmunitario, retrasar los efectos del envejecimiento y reducir el estrés debido a la mayor disponibilidad de tiempo.
Las desventajas de su práctica pueden ser que, si la persona que va a realizar este tipo de estrategia no está preparada o el planteamiento no es correcto, puede producir irritabilidad, ansiedad, problemas del sueño, falta de concentración, cefaleas o déficit nutricionales. El mal aliento, la sensación de pesadez o digestiones pesadas, la presencia de hipoglucemias, o la dificultad para maximizar el rendimiento deportivo pueden ser también inconvenientes del ayuno intermitente.
La nutricionista ha añadido que "es importante recordar que puede provocar cambios en la conducta alimentaria debido a la exigencia por mantener un horario de alimentación específico, teniendo que 'soportar' la espera hasta la hora de la primera ingesta". Estas pautas tan estrictas "pueden producir una obsesión", ha recalcado.
Así, ha insistido en que la estrategia del ayuno se debe seguir únicamente cuando la persona se sienta cómoda, sin descuidar la calidad y el valor nutritivo de los alimentos que va a consumir en el tiempo establecido para ello.