Daniel Romero quería ser bombero y, las paradojas del destino, ha sido un incendio el que se ha llevado su vida a los 21 años de edad.
Su localidad natal, Lebrija, le ha despedido con un hondo pesar en la fría tarde del miércoles, casi dos días después de la tragedia que se cobraba en Huelva la vida de tres jóvenes.
Aunque tal vez pudo escapar del fuego, como sí consiguieron hacer a través de un patio interior otros compañeros que estaban más alejados del lugar donde salió ardiendo el brasero, Daniel se quedó dentro de la vivienda.
Como ha relatado un bombero que participó en las labores de extinción del fuego, su intención fue salvar a sus dos compañeras, Sara y Andrea. Desgraciadamente, los tres acabaron falleciendo en el hospital por inhalación de humo.
Lo que había sido una tarde y noche alegre al celebrar el fin de los exámenes, acabó en una pesadilla de la que nunca logran despertar los familiares de estos tres jóvenes estudiantes.