El sindicato de funcionarios de prisiones Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) vuelve a denunciar unos graves incidentes. En esta ocasión, el suceso ha tenido lugar en el centro penitenciario Puerto III, en El Puerto de Santa María, donde un interno residente en la enfermería se dirigía al director médico con insultos del tipo "hijo de puta, vete al carajo" o "hoy me sacas a Puerto I", todo ello golpeando visiblemente alterado el rastrillo de acceso al patio.
Dado el estado del interno, el subdirector médico ordena separar a este interno del resto, pero cuando los funcionarios acceden al patio, el preso se esconde en una sala. Debido a la negativa del interno, funcionarios tienen que hacer uso de la fuerza mínima imprescindible para sacarlo de la sala.
Una vez logrado el objetivo y tras proceder a cachear al preso, éste lanza un puñetazo a un funcionario, golpeándole en la cara y provocándole una brecha en la nariz y la rotura de las gafas. En el intento de reducirle, vuelve a mostrarse violento y a lanzar puñetazos y patadas a los funcionarios gritando "hijos de puta, os voy a matar a todos. A uno me cargo".
A uno de los funcionarios que había ido a enfermería a llevar a un interno de su módulo para ser atendido por los servicios médicos logra tirarlo al suelo y le da una patada en un pie. Al funcionario al que había golpeado en la cara, le da reiterados golpes y le rompe la camisa. A una funcionaria la golpea en una mano. Ante la imposibilidad de reducir al interno, los funcionarios tienen que abandonar la sala y dejar encerrado ahí al interno, a la espera de que se persone el jefe de servicios con más funcionarios.
En la sala de espera, el interno golpea la puerta de la sala y muestra un bolígrafo gritando "entrad por mí que os voy a sacar los ojos". Una vez llega el jefe de servicio con más funcionarios, el preso accede a entregar el bolígrafo. Tras esto es ordenado su aislamiento y traslada a una celda individual de la planta baja superior de la enfermería.
Finalizada la intervención, los tres funcionarios heridos tienen que ser atendidos por los servicios médicos. Actualmente, están de baja por las lesiones sufridas. Al interno, por su parte, no se le pudo trasladar al departamento de aislamiento, ya que el artículo 72 del reglamento penitenciario indica que los internos con enfermedades mentales no pueden ser objeto de medias regimentales ni se les puede imponer sanciones disciplinarias. "Por tanto, al interno le salió gratis su agresión", han destacado desde el sindicato TAMPM, que denuncia "las agresiones que recibimos los funcionarios por parte de internos con alguna patología o enfermedad mental. ¿Tenemos que aceptar que los agresores queden impune disciplinariamente?".
El referido sindicato también indica que muchos de esos internos enfermos saben que si no toman su medicación tendrán un comportamiento agresivo y aun así hacen un mal uso de la misma, vendiéndola en ocasiones o cambiándola por otro tipo de medicación o algún artículo como tabaco, refresco, café o droga que entra en la cárcel.