La asamblea feminista Las Tres Rosas denuncia el "acoso" que sufren las mujeres en la puerta de la clínica Poliplanning. En la calle Santa Lucía de El Puerto, desde hace años, se ha convertido en habitual ver a una o dos personas que permanecen en la puerta de la clínica, observando a las mujeres que entran y salen de la misma, rezando con un rosario en las manos. Desde hace unas semanas, como cada año, esta acción se ha intensificado, ya que se ha organizado la “vigilia” de 40 días de oración a las puertas de este centro. Se trata de una campaña que anuncia un supuesto “principio del fin del aborto”; una campaña internacional que estos grupos antiabortistas y ultraconservadores han denominado “40 días por la vida”, y que reivindican abiertamente la erradicación del aborto.
La Asamblea Feminista Las Tres Rosas cree que es necesario volver a recordar que la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) es un derecho reconocido por la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Esta ley, que vio la luz en 2010 tras una larga lucha por parte del movimiento feminista, y que tantas veces es cuestionada por determinados grupos y partidos una y otra vez, garantiza los derechos fundamentales en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, regula las condiciones de la interrupción voluntaria del embarazo y establece las correspondientes obligaciones de los poderes públicos a este respecto.
Esta Ley recoge que todas las personas, en el ejercicio de sus derechos de libertad, intimidad y autonomía personal, tienen derecho a adoptar libremente decisiones que afectan a su vida sexual y reproductiva. Entre ellas, la decisión de las mujeres de interrumpir voluntariamente su embarazo. Desde la Asamblea Feminista Las Tres Rosas consideran intolerable que en una de las pocas clínicas de la provincia de Cádiz que tienen convenio con la Junta de Andalucía para realizar de forma gratuita la interrupción voluntaria del embarazo, las mujeres que acudan a la misma tengan que soportar a una persona que permanece justo a la entrada de la clínica, a todas horas, observándolas mientras rezan y la juzgan por haber decidido libremente interrumpir su embarazo.
La organización feminista asegura que va a seguir reivindicando el derecho al aborto sin acoso, de forma libre, segura y gratuita, y no solo eso, sino dentro de la Sanidad pública y en sus propias dependencias, ya que los conciertos de la Junta de Andalucía con este tipo de clínicas privadas promueven el señalamiento de las mujeres, el oscurantismo, y la aparición de estos grupos alrededor de las mismas; la mejor forma de evitar este tipo de prácticas es garantizando el derecho al aborto en los hospitales públicos.
Las mujeres que han decidido voluntariamente interrumpir su embarazo no necesitan “ayuda” por parte de estos grupos ultracatólicos, no necesitan que un desconocido las haga sentir incómodas y juzgadas, no necesitan que estas personas, esta asociación ni estos carteles las hagan creer que están haciendo algo malo. Porque simplemente están ejerciendo un derecho reconocido por ley en nuestro país que deben poder ejercer con respeto e intimidad.