El colectivo Tu Abandono Me Puede Matar ha denunciado que los funcionarios de prisiones están siendo usados como "cabezas de turco" por Instituciones Penitenciarias para que evitar que "cualquier tipo de evento ensucie su política de maquillaje de la realidad de las prisiones de cara a la sociedad".
En un comunicado, expone que el funcionario encargado del departamento tiene abierto un expediente disciplinario por falta grave "aun actuando conforme al reglamento". Los hechos se remontan al 25 de agosto de 2020, cuando un interno que regresa de permiso al centro penitenciario Puerto III y debido a las sospechas de que posee objetos prohibidos en la celda se autoriza por parte del jefe de servicios un cacheo reglamentario.
Tras incautar un pendrive, una tarjeta SIM y droga, el interno alega que es para consumo propio y denuncia al Defensor del Pueblo por entende que ha sido tratado de forma degradante durante el cacheo. Según cuenta el citado colectivo, "cuando los funcionarios lllegaron a la celda, el interno se metió en la ducha". Una vez que se procede al cacheo, "se le ofreció que se vistiera, pero se negó y prefirió ponerse una toalla únicamente" y salir descalzo para que se procediese a la requisa de la celda.
▶️ Nuestro APOYO INCONDICIONAL a CARLOS Compañero de Puerto 3, a quien se le abre Expediente por Falta GRAVE por realizar su trabajo Reglamentariamente.
— TAMPM Puertos Oficial (@TAMPMPuertos) October 1, 2021
➡️ @IIPPGob CRIMINALIZA y EXPEDIENTA a sus Trabajadores para Ocultar la Realidad de #SOSPRISIONES#TODOSSOMOSCARLOS#TAMPM 👇 pic.twitter.com/i5hMyyVQXf
El comunicado recoge que el Defensor del Pueblo "calificó de trato degradante al ver las imágenes sin audio y sin conocimiento del reglamento penitenciario". La calificación del Defensor es remitida entonces pro la dirección del centro a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, "comenzando así su maquinaria de blanqueo y culpabilizando a sus trabajadores".
Tu Abandono Me Puede Matar lamenta que el dictamente del Ministerio del Interior "otorga la presunción de veracidad a los internos en vez de a los funcionarios de prisiones, poniendo en tela de juicio siempre su trabajo y poniendo en grave peligro la seguridad de las prisiones".
Cabe destacar que el interno implicado en los hechos, cuyo parte fue sobreseido, vovlió a disfrutar de un permiso a los pocos días y "al regreso se le incautaron de nuevo drogas".
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