Treinta años se cumplen hoy de la inauguración de la Expo 92, un evento internacional que convirtió a la ciudad hispalense en la capital del mundo durante los seis meses que estuvo abierta al público.
A continuación ofrecemos diez curiosidades sobre un acontecimiento mundial que relanzó a España en la década de los 90 junto a los Juegos Olímpicos de Barcelona.
El cementerio de Curro
Curro, diseñada por el alemán por Heinz Edelmann, fue la mítica mascota de la Expo 92, todo un símbolo del que se aprovechó el merchandising de la época. Este alegre pájaro estaba presente en llaveros, camisetas, peluches y hasta la sanluqueña empresa Ibense Bornay sacó una serie de helados con el Curro como protagonista.
Tampoco faltaron los balancines, a miles en diferentes establecimientos, bares y comercios. Unos balancines que, 30 años después, todavía se conservan en un almacén situado en la carretera de Dos Hermanas. El anticuario familiar Romano Antigüedades es el particular cementerio de un Curro que sigue vivo en la memoria colectiva de quienes recuerdan de manera especial aquella exposición internacional.
40 millones de visitantes
Uos 40 millones de visitantes (55 por ciento de españoles y 45 por ciento de extranjeros) visitaron la Expo 92. Entre los más conocidos estuvieron 17 jefes de Estado de Gobierno iberoamericanos, así como el príncipe Carlos de Inglaterra o las princesas Diana de Gales y Carolina de Mónaco. Todo un premio Nobel de Literatura como Gabriel García Márquez también pasó por la isla de la Cartuja.
El legado de la Expo
A día de hoy se conservan únicamente 29 –entre los que se encuentran el de Andalucía, España, Francia y el de la Navegación– de los 102 pabellones que representaron a los 108 países participantes, 23 organizaciones internacionales y las 17 comunidades autónomas españolas. Una gran parte de los pabellones fueron destruidos al poco tiempo de finalizar la exposición. Durante años, parte de las 215 hectáreas dedicadas al evento han estado en una situación total de abandono. La Asociación Legado está tratando, junto a otras organizaciones, intentar reactivar un lugar al que acuden diariamente más de 35.000 personas para trabajar o estudiar.
Un único superviviente político
José Borrell, el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, es el único de los políticos que sobrevive en el cargo de representante institucional desde aquella exposición universal.
Felipe González era por entonces el presidente del Gobierno de España. Manuel Chaves era el máximo exponente de la Junta de Andalucía.
Han pasado tres décadas, sólo queda Borrell en activo, pero la política sigue utilizando la Expo 92 para sus campañas.
4.000 pesetas la entrada
En el año 92 todavía no había noticias del euro. La peseta era la moneda reinante en España y para conmemorar la exposición universal se acuñaron varios modelos que tenían símbolos representativos de Sevilla en una cara. Por la otra, la imagen del por entonces rey Juan Carlos I.
Pasar todo el día en la Expo 92 costaba 4.000 pesetas de la época y también había una entrada (1.000 pesetas) para aquellos que apostaban por visitar la isla de la Cartuja de noche.
Uniformes de Victorio y Lucchino
Los empleados de la Expo 92 contaron para la ocasión con unos uniformes diseñados por los modistos sevillanos Victorio y Lucchino.
La parte superior del uniforme estaba compuesta por una camiseta simulando la bandera española, una prenda que en la España actual hubiera generado mucha polémica.
La transformación total de Sevilla
Sevilla se abría al mundo en 1992 con una exposición que cambió su fisonomía. La ciudad sufrió una revolución urbanística con motivo de este evento.
Se levantaron nuevos puentes para reordenar el tráfico y mejorar las comunicaciones con el centro histórico, se construyó la estación de santa Justa y amplió el aeropuerto de San Pablo.
También se restauró el cauce fluvial histórico del Guadalquivir como dársena y se llevó a cabo el soterramiento del ferrocarril.
Puesta en marcha del AVE
La Expo 92 también trajo a España la alta velocidad en el tren. Un día después de la inauguración oficial de la exposición universal, un AVE Madrid-Sevilla realizó su primer viaje comercial.
Con una inversión de más de 3.250 millones de euros y una infraestructura de transporte de 470,5 kilómetros, las obras del AVE supusieron en aquella época la mayor obra de ingeniería ferroviaria ejecutada en nuestro país.
Un billón en inversiones y sin faltar los comisionistas
Como no podía ser de otra forma en España, la corrupción también estuvo muy presente en una Expo 92 que contó con una inversión por parte de las administraciones de cada un billón de las antiguas pesetas. Y, en las idas y venidas de dinero, no faltaron los comisionistas.
El por entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón estuvo investigando durante siete años presuntas irregularidades en las cuentas de la Exposición Universal de Sevilla. Pero, tras petición del entonces fiscal Carlos Jiménez Villarejo, el caso quedó archivado sin que nadie explicase por qué se pagaron en comisiones 6.500 millones de pesetas a la sociedad suiza Telemundi.
Regreso a la infancia
La celebración de esta efeméride está convirtiéndose en un viaje al pasado para aquellos niños del ayer que visitaron la Expo y que hoy recuerdan en redes aquel acontecimiento mundial.
Quienes tuvieron la suerte de visitar la Cartuja guardan todavía en la memoria algún recuerdo de aquella explosión de colores y emociones culturales.
Algunos incluso llevan tatuado en la piel un momento histórico para la ciudad de Sevilla y para España.