A Laura Cruzado Moreno le encantaba bailar y cantar. Disfrutaba con una bachata, entonando villancicos o tocando las palmas en una sevillana. Hace cinco meses dejó de hacerlo. Su cuerpo sin vida fue abandonado por dos jóvenes en la puerta del albergue municipal de Jerez, su tierra natal. El caso, que se encuentra en plena investigación bajo secreto de sumario, estremeció a toda la ciudad, pero sobre todo, a su familia, que hoy se encuentra batallando, en pleno duelo en un mar de sensaciones. “Los bailes no podían faltar en sus días de permiso”, recuerda su hermana melliza Raquel, de 21 años.
El tiempo apacigua el temporal tras el repentino fallecimiento de la joven que empezó a consumir cannabis a los 13 años. Era adicta y, tal y como ha denunciado su madre, Concha, en numerosas ocasiones, el sistema le dio la espalda. Una historia de negligencias en centros de desintoxicación que ha puesto de manifiesto la necesaria transformación en el servicio público, y que quedó en manos de la opinión pública a merced del debate político. Laura no era una indigente, ni estaba abandonada por su familia. Al contrario. “Sé que mi hermana lo ha pasado muy mal en esta vida, donde sea que esté, está en paz. Me consuela mucho la idea de que este mundo no estaba hecho para ella”, expresa Raquel.
Ella, junto a Patricia Solana, de 21 años, natural de Arnedo, en La Rioja, y Anca Elena Bordeianu, rumana residente en Cataluña, de 22, están realizando un acto de amor. Estas amigas y compañeras de clase están en plena elaboración de un documental dedicado a esta joven. Las tres, que cursan el último año del grado de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid, han decidido hacer un Trabajo de Fin de Grado conjunto en su memoria.
"Queremos hablar de ella de una forma más cercana"
“Nuestro objetivo era hacer algo con peso y con importancia. Queremos hablar de Laura, darla a conocer, darle el valor y la dignidad que se merece”, comentan las estudiantes. Conscientes de que es un tema “difícil”, se han puesto manos a la obra. “Queremos centrarnos en los últimos años de lucha contra la drogadicción y cómo lo hemos vivido, y hablar de ella de una forma más cercana y real, más allá de lo que salió en la prensa”, explican.
Las compañeras buscan relatar una realidad que han vivido de cerca y que “se entienda de una manera más realista lo que ahora mismo está más estigmatizado”. Sobre todo, pretenden compartir la historia de Laura desde un punto de vista diferente. “No queremos centrarnos en los centros o las negligencias, no tanto en el lado reivindicativo sino en el reflexivo”, comentan.
En casa de Concha las cámaras están preparadas para captar los clips que compondrán esta pieza audiovisual que nace del corazón. Las amigas se coordinan para recoger el testimonio de la mujer que le dio la vida y algunos planos de acciones cotidianas en el salón, espacio en el que Laura pasaba más tiempo. Su madre muestra algunos objetos personales a la cámara que sujeta la hermana melliza.
“Personalmente, este trabajo, para mí, era necesario, de alguna manera quería hacer algo por y para ella. De esta forma consigo materializar la forma en la que estoy llevando el duelo”, explica Raquel, a la que sus amigas llaman cariñosamente Raqueta.
El documental se adentrará en el lado humano de Laura mediante entrevistas realizadas a su madre Concha, a su primo, con el que pasó un tiempo en Vitoria, a sus amigas y a su hermana, que se montarán con vídeos de archivo y otros recursos. “Para conocerla en todos los aspectos de su vida desde diferentes puntos de vista”, explican. En el plan de rodaje, que comparten en la cuenta de Instagram lauradocumental_, no solo contemplan el hogar de la joven sino también otras localizaciones como Vitoria y un barco en el que la familia navegó en uno de sus últimos permisos.
Para llevar a cabo la producción, iniciaron una campaña de crowdfunding que les ha permitido costear licencias de posproducción, distribución y desplazamiento a Jerez y a Vitoria, donde vive el primo. "Una asociación, al conocer el proyecto, nos está prestando el material cada finde", explican.
Ellas querían ir más allá y hacer realidad la pieza que tienen planificada, aunque esta parte no fuese obligatoria en el proyecto. Según cuentan, el 1 de junio entregarán un dossier que contempla los detalles de preproducción, rodaje y postproducción de forma escrita junto a un tráiler de unos cinco minutos aproximadamente, pero no el documental completo.
Seguir con esta aventura ha sido idea de ellas. “La estamos haciendo porque queremos llevarla más lejos y que no quede en un TFG más”, dicen las compañeras, que tienen pensado presentar el proyecto a festivales y concursos. En definitiva, moverlo para que la jerezana no quede en el olvido. Su hermana lanza una última frase que sale de su interior: “Asumir que tienes que despedir a una persona o aferrarte a la idea de que quieres que esté aquí”. Juntas, todo es más llevadero.
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