Dos años más de cárcel para el monitor acusado de abusos sexuales a menores en San Fernando

El Alto Tribunal andaluz ratifica ahora el fallo dictado por la Audiencia Provincial de Almería contra el monitor por utilizar a un menor para conseguir fotografías íntimas del mismo y elaborar con ellas material pornográfico

En la imagen, el monitor de San Fernando condenado por abusos sexuales a menores.
En la imagen, el monitor de San Fernando condenado por abusos sexuales a menores.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la pena de un año y nueve meses de prisión al monitor de un campamento de Ronda que ya fue condenado a 25 años de cárcel por corrupción de menores y que fue detenido el pasado mes de septiembre, cuando ejercía como entrenador de fútbol, acusado de exhibicionismo y abusos sexuales a menores en San Fernando. El Alto Tribunal andaluz ratifica ahora el fallo dictado por la Audiencia Provincial de Almería contra el monitor por utilizar a un menor para conseguir fotografías íntimas del mismo y elaborar con ellas material pornográfico.

En este caso, la sentencia da por probado que durante su etapa como monitor y enfermero entre 2014 y 2016 en un campamento de Ronda (generó "lazos afectivos" con un menor con el que, posteriormente, mantuvo conversaciones de temática sexual a través de redes sociales. Así, le provocó con alusiones a sus genitales para que le remitiera una fotografía de su zona íntima en un momento no determinado, entre los veranos de 2014 y 2015.

La Sala fundamenta la sentencia en la autenticidad de los mensajes y la fotografía que obraba en poder del acusado, lo que además supuso la "corroboración objetiva" del testimonio del afectado. Del mismo modo, señala que la imagen remitida y las circunstancias concomitantes a su obtención por parte del acusado perfilan su carácter "pornográfico" al menos en su sentido legal.

Pese a que se trató por parte de la defensa encuadrar la conversación en un contexto de broma, el tribunal advierte la "verosimilitud" de algunas de sus intenciones dadas las "conductas similares con otros numerosos adolescentes". "No hay bromas que valgan cuando un adulto le pide a un niño que le enseñe sus genitales, o le incita a hacerlo, sin otro motivo que su deseo de verlos", ataja.

El acusado fue condenado además como autor de seis delitos de embaucamiento, ocho de difusión pornográfica a menores de edad, tres delitos de elaboración material pornográfico infantil agravados y un delito de exhibicionismo concurriendo sobre once menores, todos ellos varones, si bien el TSJA limitó el cumplimiento máximo de condena a 15 años en base al ordenamiento penal vigente.

El fallo del Alto Tribunal andaluz, que fue dictado el 6 de mayo de 2020 y recurrido en casación ante el Tribunal Supremo, confirmaba además la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier oficio sea o no retribuido que conlleve contacto con menores por un tiempo superior en seis años al de duración de la pena privativa de libertad en relación con los delitos de embaucamiento y elaboración de pornografía infantil, decretándose asimismo libertad vigilada a concretar en el momento de ejecución de sentencia una vez cumplida la privación de libertad.

En concreto, según consta en la sentencia fue durante el verano del año 2016 monitor de un campamento en Ronda  donde tuvo a su cargo a 47 menores, todos ellos con residencia en Andalucía, cuyas edades oscilaban entre los diez y los 17 años. Allí desempeñó concretamente la función de monitor de cabañas, es decir, "responsable de dormitorios", según especifica la sentencia de origen, en la que se detalla que en anteriores ediciones del campamento también realizó labores de enfermería.

Con motivo de esta actividad de tiempo libre el acusado generó lazos de confianza con los menores, teniendo hasta tal punto ganada la confianza de los mismos que les solicitó sus teléfonos y datos de contacto para poder chatear por las aplicaciones Whatsapp e Instagram durante los meses en que no se vieran personalmente.

En ese contexto y una vez finalizado el campamento de verano del año 2016 y "con fines exclusivamente libidinosos", el acusado aprovechó los lazos de confianza que había establecido con los menores, cuyos contactos telefónicos había conseguido, para pedirles fotografías de contenido sexual a los menores, con quienes generó conversaciones de carácter íntimo y a quienes remitió vídeos con contenido pornográfico.

El monitor, sobre el que también recaen distintas órdenes de alejamiento e indemnizaciones por valor de 19.500 euros a favor de las víctimas, comenzó a contactar a partir de septiembre de 2016 con las víctimas a través de Instagram y Whatsapp e iniciaba con ellos conversaciones de temática sexual a partir de juegos de preguntas y respuesta hasta que comenzaba a pedir y enviar fotos de desnudos, consiguiendo que algunos menores le remitieran documentos gráficos.

Asimismo, llegó a quedar con alguna de las víctimas tras el campamento para verse, lo que aprovechó para mantener conductas obscenas ante la misma, como masturbarse. La investigación policial permitió entonces encontrar en la vivienda del acusado, ubicada en San Fernando (Cádiz), diferentes equipos informáticos, un disco duro y un teléfono móvil donde guardaba fotografías.

Operación 'Engatusa' 

Fue precisamente en la ciudad gaditana donde fue arrestado por última vez en septiembre del año pasado acusado de exhibicionismo y abusos sexuales a menores, siendo su víctima un chico de 11 años de edad, con el que contactó a través de una red social utilizando su posición en el equipo técnico de un equipo de fútbol, para ganarse la confianza del menor y mantener e intercambiar conversaciones e imágenes.

Según informó el Instituto Armado en una nota, la investigación de la denominada operación 'Engatusa' se inició a raíz de una denuncia presentada en la Guardia Civil de Chiclana de la Frontera, donde la familia de un menor de 11 años relataba cómo su hijo había caído en la red de un adulto con el que habría mantenido conversaciones de contenido sexual llegando a intercambiarse fotografías íntimas a través de la red social.

Así, y tras ganarse la confianza del menor utilizando su posición dentro del equipo técnico de un club de fútbol de la provincia, el adulto había ido llevando las conversaciones hacia temas de contenido íntimo y sexual, procediendo a continuación a coaccionarlo con la amenaza de revelar el contenido de sus conversaciones entre los contactos del menor si no seguían intercambiando este tipo de imágenes.

La familia del menor, al descubrirlo, interpuso la denuncia ante la Guardia Civil, por lo que los agentes iniciaron una investigación para localizar al responsable. Como resultado de las investigaciones realizadas, se detuvo al sospechoso como presunto autor de los delitos de exhibicionismo y abusos sexuales a menores, incautando en el domicilio numeroso material informático que actualmente se encuentra en estudio ante la posibilidad de que hubiese otras víctimas.

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