La cara B del narcotráfico que llena cárceles, vacía colegios y tienta al parado es opaca. Y volatiliza al dinero fácil, lejos del fisco. Pero hay pistas de dónde se lavan esos fajos.
Los estudios que publican periódicamente la ONU e Interpol insisten que el dinero que producen los delitos más extendidos (tráfico de armas, trata de personas, arte falso y el narco) pivotan en redes que lo blanquean ante el control tributario. Internet es el paraíso del dinero digital para intercambios, trueques, compra-ventas virtuales y cripto-activos.
Además, el flujo de ese dinero es transfronterizo. En el mercado ilícito de los estupefacientes las fortunas afloran desde lo más oscuro hasta ser ‘lavadas’ con bienes y activos tangibles. Hablamos de autoblanqueo cuando la trama del narco oculta sus dineros sin salir de su círculo. O bien usa profesionales y recursos que los colocan en el mercado con apariencia lícita.
Las escalas logísticas
El reciente asesinato de dos guardias civiles por una narco lancha en Barbate indigna a la ciudadanía, y con razón. De un lado, se reitera una lucha del lento David de la ley ante el Goliat trasgresor, con reflejos y medios. De otro, visibiliza lo sabido del litoral andaluz, plagado de puntos de recogida del hachís marroquí y coca sudamericana. Hoy es más rentable traficar estas drogas (más nocivas para adictos, y costosa para la sanidad pública) que el contrabando de tabaco desde Gibraltar del ayer y del hoy.
El Estrecho que separa dos continentes conjuga demasiados intereses. Donde África y Europa casi se tocan hay bases militares de EEUU, Reino Unido, España y Marruecos. También, fluye sobre un 12% del tráfico naval mundial con casi 100.000 embarcaciones al año que no pagan tasas, ni pasan aduanas, aunque repostan en gran parte combustible ‘tax free’.
Amén del narco hay otras mafias de la inmigración y trata, macro-puertos en ambas orillas más tráfico exportador entre África a Europa y viceversa. Los ojos del espionaje de países de la OTAN o potencias como China, Rusia, Irán o la India tampoco duermen durante las 24H de los 365 días del año.
La geo estrategia del sur español no pasa de largo para navíos (narco lanchas, yates y mercantes), camiones, caravanas y avionetas o helicópteros que trabajan para el narco. Vayan algunos datos del dineral que ganan sus peones por cada alijo ‘colocado’: sobre 40.000 euros cobra la tripulación, 2/3.000 euros para porteadores de fardos y proveedores del combustible. Similares cifras se reparten ojeadores, receptadores, vigilantes de guarderías hasta que los cargamentos llegan al comprador.
Más dinero ganan quienes dan ‘vuelcos’ (roban en guarderías los alijos) o quienes transportan las cargas hacia el norte español o europeo. Las diferentes fases en que se ‘coloca’ la droga en territorio español desde aguas internacionales, Sudamérica o el norte de África hacen que se muevan muchos millones de euros y dólares en billetes.
Las zonas donde el narco sienta reales añade muchísimo más dinero a sus diferentes actores. Hace ricos y delincuentes a quienes estaban sin empleo, frecuentan la cárcel o comisarías por repetir conductas ilícitas. La riqueza se la reparten familias y clanes cuya endogamia arregla hasta matrimonios. O alianzas para captar nuevos compradores de alijos, o bien independizarse de organizaciones criminales con poder y redes en este cosmos.
El ejemplo de Los Castañas
Para contextualizar cómo lavan los beneficios del narco situamos lo investigado sobre una familia de narcos campo-gibraltareña. La ‘limpieza’ del dinero sucio patrocinaba movimientos de toda clase… Se compraban vehículos de alta gama, relojes, joyas y viviendas de lujo.
A través de ‘personas interpuestas’ de máxima confianza adquirían, explotaban o liquidaban negocios que compartían administradores y apoderados. El propósito es ocultar los verdaderos socios que pagan por la impostura del dinero sucio. Los testaferros se cuidan de opacar, además, los números reales de sociedades que nacen y mueren con la velocidad del rayo. Adquirir premios de lotería, licencias de taxis-VTC, patrocinar equipos, cultos, entes vecinales, pagar deudas ajenas o comprar nudas propiedades de inmuebles son clave para entender el lavado del dinero del narco.
La Benemérita que olfateó el rastro de activos procedentes de este despropósito incautó a Los Castaña 40 inmuebles, 42 vehículos, 54 cuentas bancarias, 3 embarcaciones, 40 piezas de joyería y relojería, 190.000 euros en metálico y armas. Este clan quedó así desarticulado. La actividad económica quedó paralizada tras la detención de sus principales capos.
¿Cómplices del dinero sucio?
Conocíamos que los principales grupos terroristas europeos (IRA y ETA) agonizaron más cuando la lupa y cerco policial se redirigió, y cortocircuitó, sus finanzas. Algo parecido sucedió con Al-Qaeda y el Daesh yihadistas. Bloquearles cuentas, pignorar acciones de empresas y fundaciones instrumentales o embargar bienes de sus testaferros les quitó medios y operativa. La guerra santa quedó aislada. Sus territorios se minimizaron. Ahora sólo predican la cuestionable yihad en internet para ‘lobos solitarios’.
La realidad española sería más cruda, hasta hipócrita. En los ochenta la Operación Pitón que lideraron los Jueces de la Audiencia Nacional Bueren y Garzón detuvo al sur del sur a decenas de narcos, incautó bienes y bloqueó fondos. Los flecos judiciales dejaron impunes a notarías donde se escrituraron sociedades ficticias e inmuebles pagados con sobreprecio o que precisaban reformas infinitas bajo facturas que pagaban sus emisores.
Los fedatarios hoy se someten a protocolos ‘anti blanqueo’ acreditando titularidades reales societarias, origen y pagos de las trasmisiones. También son garantes de la legalidad tributaria. Pero nos preguntamos, por ejemplo, por qué no cambian de destino, tras aterrizar en ciertos despachos, notarios y notarias del litoral Mediterráneo, Atlántico o ribereños del Guadalquivir. Antes eran plazas ‘de paso’. Ahora de echar raíces. Al narco le gusta el agua.
La legítima defensa de imputados, encarcelados o testigos poco imparciales está espléndidamente remunerada a bufetes, consultoras y auditoras cuya sagacidad retuerce el Derecho en pro de los que drogan a la sociedad.
Las voluntades que doblega el narcotráfico alcanza a las fuerzas de seguridad pública (Policías Nacional y Local, Guardia Civil, SVA), fisco (AEAT y ATA) y justicia (Jueces, Fiscales y Letrados). Una ínfima parte de sus valerosas plantillas sucumben a los ‘malos’ con excedencias y prejubilaciones. Cambian de acera tras abrirse de par en par las puertas giratorias bien engrasadas. Ganar mucho dinero en poco tiempo sin sujetarse a inamovibles sueldos oficiales es el tentador reclamo.
¿Dónde invierten?
El dinero del narco, repetimos, es volátil y ágil. Suele no alejarse de quien lo genera en instancias baja y media. Se percibe en joyerías, constructoras, inmobiliarias, tiendas de ropa y la alta gama. Encanta a los más arribistas y frikis del lugar. Ejercen de ‘nuevos ricos’. Eventos, bodas, aniversarios o bautizos con el repique de internet o redes sociales visibiliza a capos horteras y palmeros que así muestran su poderío al personal.
Comprar sociedades, empresas o negocios arruinados, inactivos o trabados por bancos o el fisco engancha al dinero ilícito. Después, se reflotan actividades, multiplican compras o deudas, se alientan obras y mejoras interminables. Ese blanqueo es eficaz cuando todo vale más o se paga lo ficticio. Las empresas ‘factureras’ hacen el resto.
Estas sociedades reales, aunque carentes de plantilla y actividad, se agrupan en asesorías ‘integrales’, bufetes o sedes donde el silencio reina tras preguntas incómodas. A veces hay facturas tras carteles en domicilios donde pende cartel de ‘se vende, se traspasa o se alquila’. Esto despista a quien osa saber más sobre el fraude al IVA, Impuesto de Sociedades o se hurta en balances anuales imperativos al Registro Mercantil.
Los sectores donde el narco de medio-alto nivel invierte sus millones se reparten en dinero digital, fondos inversores, carteras de sociedades- matriz, paraísos fiscales y testaferros mudos o abogados de palabrería. Rentabilizar con NFTs (activos no tangibles) inversiones en arte, en off shore (puertos-franco virtuales) o metales preciosos es otra forma de esquivar alertas del fisco del país donde el narco localiza sus operaciones.
Los narco-activos terrenales van a sectores con vaivenes en bolsa, PIB del país y brechas de la globalización. Hablamos del turismo, automoción, hostelería, inmuebles, construcción, tecnología, ciberseguridad e informática. Con ruedas de traspasos el narco más sutil invierte, gana y recoge beneficios para buscar de inmediato otro nicho. Se triangulan operaciones entre países donde el fisco es laxo, o hay ventajas tributarias. La cúpula del narco de ésta forma es tan opaca como el dinero que mueve.
Otras operaciones más arriesgadas, donde la invisibilidad es clave, precisan inversores con muchos billetes. Financian alijos a sus transportistas y cobran más allá del 100% de la puja si los fardos llegan donde deben. Estos trapicheos los pagan empresarios con mucho efectivo y codicia infinita.
Tales financiadores suelen ser destapados por los propios pagadores para proteger a sus jefes, perfectos desconocidos por sus peones. Algo parecido sucede a las ‘mulas’ que mueven kilos de coca, heroína u otras drogas sintéticas en equipajes de vuelos, barcos y autos. Reciben los paquetes con un pago inicial, un contacto y un destino. Si son apresados no delatan a su pagador porque no le conocen. No dejar huella a la ‘mula’ es esencial. El último eslabón de tan impropio tráfico paga muy caro el delito.
Las vías del narco
Un viejo policía repetía al firmante que este tráfico que mata vidas persistirá, aunque la ley y la justicia parezcan cercarlo. Se calcula que la mayoría de los alijos se decomisan por ‘chivatazos’ entre clanes rivales o sobre quienes se emancipan de alguno de ellos. Esta realidad representaría un 10/20% de lo incautados por las autoridades.
El seguimiento satelital de contenedores y escanear su interior representa un avance en luchar el narco. El ‘gancho ciego’ (colocar pequeños alijos en contenedores tras forzar sellos de origen y destino) es residual si containers repletos de droga llegan a destino y se distribuyen. Ahí está una clave en el tráfico que hace millones en pocos días, asesina a competidores y delatores o que muta estructuralmente para parecer otra cosa.
El Alcalde linense, Juan J. Franco, cuando se reprocha la desigual lucha de la ley en zodiacs de 50cv de la Guardia Civil ante narcos en lanchas de 800cv sugiere que una solución a tan grave realidad, sería legalizar las drogas. Entendemos que en los límites que eviten a mercenarios y desalmados que comercian con ellas. Es una propuesta a considerar. Los países donde es legal el menudeo y autoconsumo evita plantaciones, crímenes y sobrecostes para estados que tiemblan ante el poder del más cruel negocio.