Cuatro años tiene la cafetería que Milagros López montó junto a su marido en Las Torres, y con el acaecido el pasado mes de noviembre, ya van cuatro robos sufridos. Se trata de La Imperial, a los pies de la pasarela que une la barriada con el Hospital sobre la antigua Nacional-IV.
El suceso tuvo lugar en la madrugada de un sábado a un domingo. A las tres y media de la mañana, López fue avisada por la Policía Local y Nacional de que habían entrado en su cafetería. Volaron un libro de rascas de la ONCE y 2.000 euros de la caja, "de varios días, porque por temas de males no había llevado la caja al banco los días anteriores, pero somos un negocio pequeñito".
A ese mal trago se suma un "calvario" a cuenta del cobro de la indemnización de su seguro, del que es titular Ocaso y que "vuelve a pedirme varias veces los mismos papeles y nadie da la cara, todo lo hacen por email, en las oficinas de Jerez me dicen que todo está en trámite y nada, quiero denunciar el trato que he recibido porque en otras ocasiones todo ha sido rápido".
Según denuncia Milagros, "las otras ocasiones que sufrí robos no me dieron problemas, y ahora es todo lo contrario". La conjetura de esta hostelera es que, por comentarios recibidos, creen que sospechan que ha podido fingir el robo, "pero es la Policía la que lleva el caso y no tienen por qué hacerme pasar por esto, no se entiende".
En esta ocasión, las cosas fueron diferentes desde el principio. "No me informaron por ejemplo de que esa misma madrugada tenía derecho a una persona de seguridad para quedarse en el negocio mientras ponía la denuncia, al final me tuve que quedar yo. Es verdad que me arreglaron los cristales por los que entraron al día siguiente, pero no pude empezar a funcionar hasta lo menos la una y media de la tarde".
"Todo son trabas", lamenta la propietaria de La Imperial, que paga "unos 400 euros al año para que luego no me den soluciones". Los agentes tienen sospecha de la autoría de los robos, y lo relacionan con una mayor problemática de seguridad en la barriada de Las Torres de Jerez.
El robo y el posterior alargamiento del proceso para cobrar los 2.000 euros reclamados a Ocaso están amenazando actualmente el día a día de este establecimiento. "En diciembre he tenido que pedir a los proveedores que me den más tiempo para pagarles, a día de hoy lo que les debo a todos ellos es cerca de 2.000 euros. Se pasa mal".
Tras asesorarse por un abogado, Milagros López lamenta que tenga que asumir que "enfrentarse a una multinacional es un problema" por los recursos con los que cuenta en asesoramiento legal, y que por 2.000 euros, una cantidad insignificante para Ocaso, "se alargue un proceso durante años". Es el doble calvario de sufrir un robo. Reponerse del caco para comenzar la batalla con las aseguradoras.