La plataforma Hyipp nació en octubre de 2012, cuando comenzó a captar clientes. La web ofrecía un programa de inversión de alto rendimiento, que empezó con un 5% mensual y luego aumentó hasta el 7%, por lo que los inversores comenzaron a llegar en masa atraídos por el alto retorno del negocio. Los usuarios, la mayoría desarrolladores y administradores de web, simplemente depositaban su dinero y solo tenían que esperar a que lo aportado se incrementara con el paso del tiempo. Los fondos eran invertidos en “webs, redes sociales, scripts y todo tipo de operaciones relacionadas con el mundo webmaster”, según explicaba su fundador, Antonio A. Meseguer, un informático afincado en Jerez que logró atraer a 457 inversores, acumulando unos 7,3 millones de dólares de depósito, en torno a seis millones de euros.
Pero llegó el día en que se hizo insostenible. Meseguer anunció en Forobeta, principal fuente de captación de inversores, que no podía seguir manteniendo la plataforma, como publica El Confidencial. Tecleando el dominio hyipp.info, ahora, se puede leer un mensaje: “Preparando planes de pago”. El impulsor de la iniciativa contempla que ese “plan de pago” tiene una duración de cinco años, periodo durante el que pretende devolver el dinero invertido a todas las personas que confiaron en su plataforma. ¿Cuánto adeuda Meseguer? La cifra exacta es difícil de calcular, señala el citado diario digital, pero el pasado mes de febrero se habían abonado tres de los siete millones de dólares con los que contaba el negocio, por lo que se estima que unos cuatro millones (3,3 millones de euros).
Carpetilla, como se conoce al impulsor de la plataforma en los foros de internet, gestionaba los fondos a través de una sociedad, ubicada en Panamá, llamada Hyipp Inversiones Webmaster, S. A., de la que es presidente, director, tesorero y secretario. Sobre Antonio A. Meseguer, con el que lavozdelsur.es no ha podido contactar, hay poca información en internet más allá de su perfil de Linkedin, donde asegura que es gerente de 2M Deluxe Brands, S.L., una empresa de artículos de joyería y relojería, aunque en realidad es una de las tres sociedades en las que ejerce como administrador único, además de Jerez Spanola 2006 SL —un bar— e Inverweb Spain SL, que carece de actividad. Además, figura como director de El Librepensador, un “magazine de cultura y pensamiento” fundado en 2008 por Raúl Tristán, que dejó la dirección en octubre de 2016, momento en el que tomó el relevo Meseguer, cuando “se hace cargo de la gestión de este medio, que siempre se caracterizó por la defensa de la libertad de prensa y de opinión y su independencia”.
Los inversores son españoles, pero también de países latinoamericanos, y todos se encontraron a mediados de marzo con un correo electrónico informándoles de la quiebra de Hyipp: “Para poder ir cumpliendo con los inversores existentes había que ir dando entrada a nuevos partícipes e ir vendiendo los activos que había, esto último hacía rebajar los ingresos, lo que ocasionaba que cada vez costaba más pagar (…) No se podía sostener más”. La sospecha de que podía tratarse de una estafa piramidal rondaba la cabeza de las más de 450 personas que confiaron en la plataforma. “Era un negocio redondo para los inversores de la plataforma por los altos intereses cobrados, muy superiores a cualesquiera otros del mercado financiero”, sostiene El Confidencial.
“Yo no le conocía personalmente, solo me he comunicado con él por Skype o por mensajes, pero si hay algo evidente es que Carpetilla tiene una gran capacidad de convicción para captar a la gente”, dice uno de los supuestos estafados en el citado periódico digital. La capacidad de convicción a la que alude es corroborada por lavozdelsur.es, que tras hablar con fuentes cercanas a Meseguer, confirman su habilidad para captar a personas que confiaran en su plataforma.
El 'esquema Ponzi'
Carlo Ponzi fue un italiano que, en el primero cuarto del siglo XX, ideó un sistema que le permitía captar a un grupo de inversores, a los que se les promete altas rentabilidades, que se van pagando con las aportaciones de nuevos socios, que confían en el fondo atraídos por el boca a boca y por los buenos resultados obtenidos por otros usuarios. Una vez llegados a este punto, es solo cuestión de esperar. Concretamente, a que reviente.
Cuando el impulsor de este tipo de sistemas, en este caso Meseguer, es incapaz de captar nuevos inversores al ritmo que necesita para seguir pagando los intereses a los antiguos, el sistema colapsa y, generalmente, se aparta el dinero, dejando a los socios sin sus prometidos beneficios. Como hizo Ponzi en la década de 1920, cuando estando en Boston se convirtió en millonario en apenas seis meses, después de llegar a EEUU con dos dólares y medio en efectivo.
El esquema Ponzi se ha reproducido en numerosas ocasiones. En España, el caso más sonado es el de Germán Cardona, antiguo responsable de Finanzas Forex, a quien el Tribunal Supremo confirmó recientemente la condena de trece años y tres meses de prisión, además de 300 millones de euros de multa por los delitos de asociación ilícita, estafa, falsificación y blanqueo porla estafa piramidal con la que defraudó 390 millones de dólares a 186.000 personas entre 2007 y 2010. Aunque. internacionalmente, es el de Bernard Madoff el caso que se lleva la palma. Este estadounidense fundó en 1960 una firma de inversión con la que llegó a estafar 65.000 millones de dólares.