Uno de los temas recurrentes desde que estalló la pandemia de coronavirus y el estado de alarma es el de la cancelación de todas las actividades deportivas. A diario llegan especulaciones de la prensa deportiva sobre la vuelta de las grandes competiciones como la Liga de Primera División o la Champions. Pero existe otro nivel competitivo, que es el día a día de muchas personas y que también se ha esfumado de la vida de esos otros deportistas que no aparecen en las portadas de los periódicos. En lavozdelsur.es hemos hablado con distintos responsables de clubes deportivos con enorme arraigo en Sevilla. Equipos amateur o semiprofesionales que, lejos de las cifras que mueven el Sevilla y el Betis, hacen auténticos malabares para subsistir y a los que el parón de la competición no hará sino poner más a prueba la fidelidad de sus aficionados y la devoción de sus jugadores y jugadoras.
Competiciones en el limbo
José García lleva toda la vida vinculado al Calavera CF y ahora es vicepresidente primero. El equipo fue fundado hace 92 años en la Puerta Osario y a día de hoy es uno de los mayores formadores de futbolistas de la ciudad hacia los dos grandes. De gran popularidad en la zona del Polígono San Pablo y Santa Justa, se puede considerar como el tercer equipo de la capital andaluza y el cuarto de toda la provincia. Cuenta cómo aún sin ser oficial, puede asegurar al 95% que la actividad en las categorías que compiten no volverá. “Dos equipos cadetes iban muy bien, estaban para jugar el ascenso, por lo que la suspensión en ese sentido nos ha perjudicado”. No parece haberle venido mal la suspensión al Hispalis, el equipo femenino más veterano de la ciudad. Óscar Espías es el coordinador de su escuela de fútbol 7, y aparte de tener claro que no se volverá a jugar más, reconoce que acabar con la temporada les ha beneficiado para evitar descensos, ya que dos de sus equipos estaban en la zona baja de la clasificación y con opciones de perder la categoría.
Pero la ciudad hispalense no es solo fútbol, y una de las disciplinas que cuenta con mayor tradición desde hace décadas es el rugby. “Sevilla es una de las ciudades de España con una larga tradición de rugby, que la ha llevado a ser cuna de muchos y grandes jugadores a lo largo de los años, siendo además una tierra que históricamente ha aportado gran número de jugadores a la Selección en todas sus categorías”, comenta Juan Carlos Ogazón, del área de comunicación del Ciencias. Es el equipo por antonomasia de la capital y tanto ellos como el resto de clubes de la División de Honor fueron noticia hace un par de meses por la polémica decisión de dar por finalizada la temporada desoyendo a la Federación. “No fue una decisión contra la Federación Española (FER), ni se pretendía polemizar, ni nada parecido.
La FER ha tenido una situación muy difícil por resolver, con un escenario sobrevenido sin una normativa clara a la que acogerse hasta este mismo fin de semana”. En el equipo ahora vinculado a la Universidad Pablo de Olavide justifican la decisión de la Asociación de Clubes: “Estaba motivada por la extrema gravedad de la pandemia, la competición pasaba a un segundo plano, lo importante eran las personas, los jugadores y su seguridad”. Y aclara que, en lo meramente deportivo, aunque se llegara tras sufrir varias derrotas consecutivas, era más cuestión de resultados que del propio juego del equipo.
Sin noticias de la vuelta a la actividad
La competición y los resultados son importantes para todos estos equipos, pero la formación o el poder mantener una pasión lo es casi más. Desde el Calavera, García relata que no prevén que nada vuelva hasta septiembre, ya que agosto en Andalucía es un mes peligroso para poner a entrenar a niños debido al calor. “Necesitamos los permisos del Instituto Municipal de Deportes (IMD) para abrir, desinfectar y preparar los vestuarios. De momento, el Ayuntamiento ha anulado el contrato que tenemos por las instalaciones, por lo que dependemos de ellos”. En una situación parecida están en el Hispalis, que también entrenan y juegan en instalaciones municipales. “Las medidas a tomar nos las marcará el Ayuntamiento. Nuestra intención es coordinar la vuelta a los entrenamientos con el calendario escolar. No sería coherente empezar a entrenar si no se vuelve en septiembre a las aulas”, señala Espías. En el Ciencias tampoco tienen certezas de cara a volver en pretemporada. Ogazón dice que quizás es pronto. “Este fin de semana la FER ha resuelto el final de la temporada 2019/20, ya vendrán las indicaciones sobre la temporada 2020/21”.
Subsistencia y ayuda institucional
Y como en todos los clubes humildes y de larga tradición, un activo importante en su organización son sus aficionados y trabajadores, que en la mayoría de casos no perciben ninguna compensación económica. Tanto el Calavera como el Hispalis se sustentan gracias a las cuotas de los padres que inscriben a sus hijos en las diferentes categorías inferiores. Sin apenas patrocinadores, excepto alguna donación en forma de equipaciones o solo para el equipo Senior Nacional, ha sido vital para ellos que el Ayuntamiento deje de cobrarles por las instalaciones, poruque en algunos casos tendrán que devolver esas cuotas por los meses que no se ha jugado ni entrenado. En el Calavera solo el encargado del mantenimiento de las instalaciones ha sufrido un ERTE, los jugadores del División de Honor Juvenil y su cuerpo técnico seguirán cobrando. Pero los ingresos los verán mermados si no se permite público, la taquilla de los domingos podría estar entre los 150 y los 200 euros y tienen que añadir que deben seguir pagando la luz y el agua, por lo que esperan una ayuda del IMD cuando esto acabe.
En el Hispalis, todos los que hacen posible su existencia lo llevan a cabo por amor al arte, y su coordinador insiste que la finalidad del club está más orientada hacia una labor social. En ese sentido lo tienen muy claro en el Ciencias. “La estructura de un club como el nuestro es modesta, nada comparable con el deporte profesional. Para nosotros, nuestro personal es uno de nuestros activos, llevan muchos años en el club, esta es su casa y no nos planteamos otra opción que no sea la de que sigan trabajando como hasta ahora”, aclara Ogazón, que además cuenta una ventaja respecto a otros clubes modestos de la ciudad. “En nuestro caso esperamos que el impacto sea menor ya que contamos con patrocinadores fidelizados que son de largo recorrido, sienten nuestros colores y ya forman parte del club, y seguirán apoyando un proyecto en el que creen firmemente”.
De cara al futuro, en el Ciencias asumen que sin el apoyo de entidades públicas será muy difícil. “Las instituciones públicas tienen que jugar un papel determinante de cara a la próxima temporada para afrontar la crisis que provocará el coronavirus. Es fundamental apoyar al deporte amateur que cumple una labor social tan importante. Detrás de cada club, de las distintas modalidades deportivas, está la ilusión y el disfrute de miles de niños y jóvenes”. En este sentido, el Vicepresidente primero del Calavera cree que la gran cantidad de clubes de fútbol en Sevilla les hace tenerlo más difícil, ya que a una mayor competencia en una ciudad con decenas de clubes de fútbol, se une que la publicidad estática en el campo, que antes podía reportar algunos ingresos, en los últimos años ha virado hacia publicidad online. “Nos encontramos sin patrocinadores y teniendo que pagar facturas. Parece que desde el Ayuntamiento nos ayudarán, pero todo esto nos obliga prácticamente a empezar de cero”.
En la capital andaluza existen decenas de equipos amateurs, con especial tradición en otros deportes como el remo, el baloncesto femenino o el hockey. Casi todos ellos dependerán en gran parte de las ayudas institucionales para poder seguir ofreciendo la posibilidad a miles de niños y adolescentes de disfrutar de diferentes disciplinas deportivas. Un reto más al que la administración pública deberá hacer frente cuando se vislumbren la reanudación de las actividades deportivas.