El río Guadalquivir tiene las aguas más turbias de todos los grandes ríos de la península ibérica. El color turbio de sus aguas es consecuencia de la erosión que provoca la agricultura, según apunta un estudio realizado por la Universidad de Huelva.
Para mejorar la navegabilidad es necesario determinar a qué se debe la presencia de las muchas partículas en suspensión que contienen sus aguas. Además, concretar la procedencia de estas partículas es necesario para tomar medidas correctoras que disminuyan la aportación de sedimentos.
La Autoridad Portuaria de Sevilla, con el fin de resolver esta ingógnita ha financiado una investigación sobre la turbidez del río con 175.000 euros, el análisis se está realizando por el grupo de investigación de Geociencias Aplicadas e Ingeniería Ambiental, GAIA, de la Universidad de Huelva.
Los primeros resultados del estudio apuntan a la presencia de partículas en suspensión que enturbian las aguas del Guadalquivir y que se encuentran en todos los tramos del río. El origen de dichas partículas es la agricultura, y la causa puede provenir del uso no correcto en las formas de cultivo.
Además, la Autoridad Portuaria de Sevilla también ha recurrido a la Universidad de Málaga para un estudio de las mareas en el estuario del Guadalquivir.