Dos trabajadores del servicio de mantenimiento del Hospital de Jerez se encontraban, antes del inicio del confinamiento, con jornada reducida al 80%, uno para cuidar de un familiar de avanzada edad, y otro de su hija, motivos por los que le fueron concedidas estas reducciones. La llegada en tromba del coronavirus al centro hospitalario propició que desde la subdirección se les solicitara su implicación y su vuelta a la jornada completa para hacer frente a la pandemia, algo que ambos aceptaron dadas las circunstancias.
Desde el 16 de marzo y hasta mediados de mayo, estos trabajadores han estado cubriendo turnos de doce horas —más extensos para evitar altas rotaciones y exposición al virus—, ya que quedaron suspendidos los permisos concedidos a la plantilla por la excepcionalidad de la situación vivida en los centros hospitalarios. La sorpresa de estos empleados llegó cuando percibieron sus nóminas, ya que a pesar de estar desempeñando turnos a jornada completa, percibieron su salario anterior, es decir, por el 80% de la jornada.
Los trabajadores solicitan ahora al Hospital de Jerez que les abone las cantidades que les adeudan, ya que durante dos meses, entre mediados de marzo y mediados de mayo, han cobrado el 80% de su sueldo, cuando han realizado turnos de jornada completa. Los empleados han solicitado por escrito a la subdirección de servicios generales del Hospital de Jerez que restituya esta injusticia. “Todos se lavan las manos”, lamentan los empleados en conversación con lavozdelsur.es.
A mediados de mayo, los trabajadores de mantenimiento del Hospital de Jerez volvieron a los turnos habituales. De hacer jornadas de doce horas, que permitían que solo hubiera cuatro o cinco empleados por turno, a hacer siete, lo que en la práctica conllevaba que coincidieran más trabajadores en cada turno. “Tenemos un vestuario más de 20 personas, no se respetan las distancias de seguridad, es imposible”, se quejó entonces uno de ellos en declaraciones a lavozdelsur.es.
“Es un despropósito lo que estamos viviendo”, sostiene otro de los integrantes de la plantilla de mantenimiento del hospital jerezano. “Nos movemos en espacios mínimos. Mi taquilla está pegada a la de mi compañero, no hay ni medio metro, y luego nos vamos a casas con nuestras familias sin saber si tenemos el virus”, agrega. Para colmo, cuentan que no les han realizado pruebas PCR (las más fiables). “A nosotros no nos hacen test, pero a los futbolistas sí, es más importante el fútbol que la Sanidad”, se quejan.
Cuando comienzan su turno, los empleados de mantenimiento reciben una mascarilla quirúrgica y un par de guantes. “Dos horas después de empezar ya he ido a cuatro plantas con los mismos guantes. Tenemos que estar lavándolos con lejía”, cuenta un trabajador. Ellos mismos tienen una solución de gel hidroalcohólico con la que desinfectan los guantes cada vez que acuden a alguna habitación. “No hay un protocolo para poder guiarnos, no sabemos cómo actuar entre trabajadores”, señalan.
“El servicio de mantenimiento se mueve por todo el hospital, lo mismo estamos en la cocina, que en neonatos… Pedimos medidas de protección y nadie nos hace caso”, señala uno de los empleados. “Muchas veces vamos con miedo. Somos transmisores de todo lo que hay en el hospital”, apunta otro. “Parece que se quiere hacer ver que se está normalizando la situación, pero no es así. Aun tenemos dos plantas de Covid-19”, apostilla.
Comentarios