Una caravana de coches ha recorrido las calles de Sevilla este lunes, desde la sede la empresa de telemarketing Sitel, situada en la avenida República Argentina, hasta el Carrefour de la Macarena, para protestar por el imprevisible futuro que pesa sobre unos 300 empleados de la compañía a nivel nacional, que no saben si seguirán en su puesto de trabajo a partir del 16 de noviembre.
Sitel, multinacional del contact center, lleva prestando servicio para Carrefour desde hace casi 20 años, sin embargo la cadena de supermercados acaba de conceder a la compañía Unísono la explotación de sus servicios de atención al cliente, hipermercado online y seguros financieros, un movimiento que puede suponer hasta 100 despidos en Sevilla.
En un principio estaban prestando servicio para Carrefour casi 400 personas, de las cuales más de 200 eran de Sevilla. Después de que la cadena de supermercados anunciara el pasado 16 de agosto que el servicio pasaba a manos de Unísono y tras la presión ejercida por la plantilla y la CGT, se concedió una prórroga hasta el 16 de octubre, aunque tras la nula solución entre las partes, Carrefour concedió una nueva prórroga a Sitel, que termina este 16 de noviembre y que provoca que las personas afectadas se encuentren en la misma situación que en verano.
Ahora, el número de personas afectadas se ha reducido, ya que ronda las 300, unas 100 de la capital hispalense, que siguen sin saber si seguirán trabajando a partir del 16 de noviembre. Unísono, que coge el relevo de Sitel, tiene sede en Madrid y no en Sevilla, como sí tiene la empresa saliente.
Sindicatos como CGT piensan que la principal responsable de esta situación es Sitel, ya que entiende que desvirtuó el concurso adjudicatario para los servicios de Carrefour, pero considera que la cadena tiene la última palabra, "y con su indiferencia está condenando a la desolación más grotesca a todas estas familias".
"CGT sigue manteniendo su promesa de pedir responsabilidades a estas tres gigantescas multinacionales como son Carrefour, Sitel y Unísono que lejos de hacer honor a su tan preciada imagen, y que se jactan de lo que valoran el factor humano, demuestran que para ellas tan solo somos números que cuando llegamos a cierta antigüedad en nuestros puestos de trabajo, les sobramos", señalan desde el sindicato.
La plantilla de Sitel, tras los numerosos ERE y ERTE que viene sufriendo desde que empezara su supuesto “plan de reestructuración”, vive en la más absoluta incertidumbre e inestabilidad, dado que periódicamente se enfrenta a dichos procedimientos y en esta última instancia ante una situación insólita, a la que se suma una gran marca como Carrefour. "A día de hoy desconocemos cómo Sitel perdió hace meses la licitación de un servicio que hace más de 20 años que está funcionando bien y que tras la prórroga comuniquen que lo han vuelto a perder y es Unísono el nuevo proveedor", recalca el sindicato.
"Una vez más se pone de relevancia la indefensión de la clase trabajadora provocada por un convenio colectivo deficiente y muy abierto a ser interpretado a gusto de la empresa y que no quieren mejorar ni clarificar para seguir usándolo a su antojo. La patronal donde se encuentra Sitel y Unísono llevan ya desde diciembre 2019 negociando el nuevo convenio y la subida salarial que también afectará a estos trabajadores a pesar de ser despedidos o desterrados a ese limbo porque siguen jugando con el dinero de los trabajadores y la limitación de derechos", critica CGT.
"Sitel ha explicado en reuniones que si por alguna razón esta “jugada” no funciona y la tumban los tribunales tiene su opción B, que por cierto no desvela, pero que no hace falta tirar de mucha inteligencia para saber que apunta a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), pues en los últimos tres años han ejecutado hasta nueve procedimientos de estos sin incluir los Expedientes Temporales de los últimos años", cuenta el sindicato, que teme que los despidos se terminen ejecutando.
La situación puede provocar, en el peor de los casos, que los empleados que no sean subrogados —aunque según el Estatuto de los Trabajadores deberían ser el 100% de la plantilla— no puedan acceder a la prestación por desempleo, situándolos en un limbo legal, sin despido, sin trabajo y sin derecho a prestación.