El caso de Rocky no es una excepción. Otra vez llegó Nochevieja y otra vez llegó Año Nuevo y hay cosas que se repiten, desgraciadamente. El uso y abuso de material pirotécnico. Estruendosos petardos que fastidian a ancianos, bebés, niños con TEA, o también mascotas. Un vídeo se ha hecho viral en Twitter. Dos hermanos aparecen encerrados en el baño junto a su perro. Bailan con él y tratan de distraerle para que el animal no sufra por el ruidazo de los explosivos.
"El año pasado Rocky —ha escrito Ibón Pérez en su cuenta de Twitter— corrió al monte asustado por la pirotecnia y lo encontramos siete días después escuálido. Hoy, 1 de enero del 2023, le hemos tenido que encerrar con la música a tope en el baño entreteniendolo para que no escuche petardos y ruidos de fuegos artificiales".
El dueño del animal ha proseguido el hilo: "Dirán que es loco. Loco es tirar petardos como si no hubiese un mañana, como si fuese una mascletá o el arsenal sobrante de ETA. A la madre y al hermano de Rocky los han tenido que llevar al monte para evitar que sigan temblando".
"Nunca he sido yo de inmiscuirme en el comportamiento ajeno más allá de los muros de mi casa. Podría hacer oídos sordos ( imposible hoy) pero cuando se trata de seres indefensos ... Se me calientan los cojones".