Murieron muertos de hambre, por enfermedades en la cárcel o, directamente, fusilados. Y fueron enterrados, sin tumbas ni nombres, en un cementerio de la localidad vizcaína de Orduña.
Unos trabajos de exhumación dentro del programa de Búsqueda de desaparecidos de la Guerra Civil ha permitido la localización de más de cincuenta víctimas de una prisión franquista.
Ya en el año 2014 se exhumaron los restos de 14 personas que murieron, posiblemente entre febrero y junio de 1941, en la Prisión Central de Orduña. La aparición de este enterramiento hizo pensar a que pudieran existir en el propio cementerio otras áreas de enterramiento. Un extremo que ha quedado confirmado con este hallazgo.
El Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos (Gogora) se ha puesto en contacto con familiares de las víctimas de esta prisión con el objetivo de mantenerles informados sobre los avances en los trabajos de exhumación que se están realizando.