¿Sabían que en España viven, según publica la ONU, 6.104.203 inmigrantes, lo que supone un 12,9% de la población del país? La inmigración femenina es superior a la masculina, con 3.190.456 mujeres, lo que supone el 52.26% del total de inmigrantes, frente a los 2.913.747 de inmigrantes varones, que son el 47.73%.
Según las proyecciones de población para el periodo 2022-2072 publicadas la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en los 15 próximos años España ganaría 4.236.335 habitantes (un 8,9%), hasta superar los 51 millones de personas en 2037. En el año 2072 la población alcanzaría los 52,9 millones, con un incremento de 5,45 millones de personas.
“Las proyecciones de población muestran la evolución que seguiría la población de España en el caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales. No constituyen una predicción, en el sentido de que no tienen como objetivo determinar cuál es la evolución más probable” se asegura desde el INE. En esta nueva edición de las proyecciones se dirigió una consulta en forma de encuesta a demógrafos de toda España con el fin de establecer las hipótesis de comportamiento futuro de los parámetros demográficos.
La población de 65 y más años supondría el 26,0% del total en el año 2037. Cataluña y Comunidad de Madrid registrarían los mayores crecimientos de población, mientras que Castilla y León y Principado de Asturias presentarían los mayores descensos. Una población que vive sola en su mayoría.
Saldo vegetativo negativo
El progresivo e ininterrumpido aumento de las defunciones, siempre superior al número de nacimientos, daría lugar a un saldo vegetativo negativo durante todo el periodo proyectado. Este saldo sería superado por el saldo migratorio positivo, lo que provocaría un aumento de población durante todos los años del periodo proyectado.
El aumento de población se debería, por tanto, exclusivamente, a la migración internacional. Esto produciría que la población nacida en España disminuiría paulatinamente y pasaría de significar el 84,5% del total actualmente, al 63,5% dentro de 50 años.
Crecimiento migratorio
Según datos provisionales, España registró 530.401 inmigraciones en 2021, mientras que 381.724 personas abandonaron nuestro país para residir en el extranjero. El saldo migratorio fue de 148.677 personas, consolidando así la tendencia positiva iniciada en 2016.
“Con la información disponible al momento de cerrar estas proyecciones, se estima que el saldo migratorio aumente en 2022, hasta las 484.137 personas. Se proyecta un saldo migratorio similar en 2023 y levemente decreciente a partir de ese año, obteniéndose así una ganancia neta de población debida a migraciones de 5,6 millones de personas hasta 2036. La tendencia a largo plazo sería de un crecimiento del saldo migratorio constante, lo que produciría un aumento neto de la población de 14,8 millones de personas hasta 2071”.
La proyección muestra también el proceso de envejecimiento de la población residente en España. De mantenerse la tendencia demográfica actual, el grupo de edad más numeroso a 1 de enero de 2022 –que son los nacidos en los años 1981-1972 (es decir, las personas entre 40 y 49 años)– lo seguiría siendo en 2037 (con edades entre 55 y 64 años).
En los últimos años de la proyección se daría un cierto rejuvenecimiento poblacional conforme se vayan extinguiendo las generaciones de nacidos en los años 70 del siglo XX, de mayor fecundidad.
Así, los grupos más numerosos a 1 de enero de 2072 serían los nacidos entre 2002 y 2011, cuyas edades estarían entre los 60 y 69 años. La población entre 20 y 64 años, que actualmente supone el 60,7% del total, pasaría a representar el 53,1% en 2052. En 2072 se recuperaría en parte, hasta el 54,7%.
Al combinar los distintos escenarios tanto de la fecundidad como de saldo migratorio se puede observar cómo la población en los 50 próximos años oscilaría entre los 44.547.155 habitantes del escenario más bajo y los 61.690.426 del más alto, por lo que la diferencia entre los escenarios extremos es ligeramente superior a 17,1 millones de personas. Se ha añadido también un escenario con saldo migratorio nulo para su comparación.
Pacto sobre Migración y Asilo
El ministro del Interior participó esta semana pasada en Luxemburgo en la reunión del Consejo de Asuntos de Interior, que ha debatido, entre otros asuntos, sobre el futuro Pacto de Migración y Asilo, el espacio Schengen y las consecuencias de la agresión de Rusia a Ucrania.
Fernando Grande-Marlaska, ha afirmado ante sus homólogos de la Unión Europea que España afronta “con ánimo constructivo” la cuenta atrás de la negociación del Pacto sobre Migración y Asilo, pero ha advertido de que “cada nuevo paso debe respetar el equilibrio entre responsabilidad y solidaridad”.
Grande-Marlaska ha subrayado durante su intervención en la reunión de ministros del Interior de la UE que en el marco de este proceso “los países mediterráneos ya hemos demostrado nuestra flexibilidad”, en referencia a los reglamentos sobre la Agencia de Asilo, sobre Eurodac y sobre Screening. “Ahora es el momento de dar pasos decididos en los expedientes que más inciden en el reparto justo de la responsabilidad y la solidaridad, como el Reglamento de Gestión de la Migración y el Asilo (AMMR) y el Reglamento en situaciones de Crisis”, ha dicho.
Sobre el Espacio Schengen, el titular de Interior ha lamentado que la UE no haya incluido la discusión sobre los controles de las fronteras interiores, “que están poniendo seriamente en riesgo” el espacio de libre circulación europea. “Pese a los claros pronunciamientos del Tribunal de Justicia de la UE, que apuntan al indebido restablecimiento de controles en las fronteras interiores, este asunto no está siendo objeto de la atención debida”, ha criticado durante su intervención.
Protección para residir y trabajar
España es el quinto país de la UE que ha concedido más Protecciones Temporales -que autorizan a residir y trabajar- a ucranianos, un total de 146.000 gracias al trabajo de los equipos de los Centros de Recepción, Atención y Derivación (CREADE) puestos en marcha desde el comienzo de la crisis en Pozuelo de Alarcón, Barcelona, Málaga y Alicante, en los que se ha atendido a más de 110.000 personas y documentado a 78.000.
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, participó la pasada semana en la reunión informal de los ministros de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores (EPSCO) de la Unión Europea (UE), celebrado en Praga.
El encuentro se dedicó a la integración de los refugiados ucranianos en el mercado laboral de los países miembro, especialmente de las mujeres, que son mayoría entre las personas que se han visto forzadas a salir de Ucrania.
Como resultado, el ministro ha explicado que 13.000 desplazados por la guerra de Ucrania están en estos momentos afiliados a la Seguridad Social y en alta laboral en España, y que desde el comienzo de la guerra se calcula que uno de cada cinco de los ucranianos que han recibido Protección Temporal y que están empadronados en España han tenido algún empleo.
El ministro ha contado que uno de cada siete desplazados ucranianos que trabajan lo hacen en sectores de alta cualificación, “en profesiones, entre otras, de los sectores sanitario, educativo, científico y artístico, y 8 de cada 10 de los empleados en esos sectores cualificados son mujeres”.
Según las encuestas realizadas a los propios afectados, la lengua continúa siendo una de las principales barreras que los desplazados identifican para su incorporación al mercado de trabajo.
Por ello, Escrivá ha puesto el acento en que se seguirán adoptando medidas para facilitar más su integración laboral, con más cursos de idiomas y avanzando en la homologación de títulos junto con los ministerios de Universidades y Educación. Además, el ministro ha abogado por ampliar las actuaciones de integración laboral con una visión integral de todo el fenómeno migratorio y de peticionarios de asilo.
El drama de los refugiados
Más de 100 millones de personas viven forzosamente lejos de su hogar por guerras, violencia y graves violaciones de sus derechos fundamentales. Esto supone más del 1% de la población mundial y el número más alto jamás registrado por ACNUR. Unas cifras que hablan por sí solas sobre la situación de los refugiados, según la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR)
Las personas refugiadas son aquellas que se han visto obligadas a huir de su país por sufrir persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de género u orientación sexual. A finales de 2021 había 36.1 de millones de personas han abandonado su país de origen, mientras que 53.2 millones estaban desplazadas internamente.
Actualmente, Siria es el primer país de origen de las personas refugiadas en el mundo. Debido a un conflicto que dura ya más de una década, que se ha cobrado más de 600 000 vidas y ha obligado a huir del país a 6.8 millones de sirios y sirias. Junto a Venezuela (4.6 millones), Afganistán (2.7 millones), Sudán del Sur (2.4 millones) y Myanmar (1.2 millones) representan el 69% de todas las personas que buscan refugio en el mundo.
A lo largo de 2021, en España se presentaron un total de 65.404 solicitudes de asilo, un 26% menos que el año anterior. En gran parte este descenso se debe al impacto de las restricciones de movimiento impuestas durante la pandemia, la escasez de citas y retrasos en el sistema de acogida, o criterios dispares en el procedimiento de protección.
Aunque se resolvieron 71 830 expedientes, un 37% menos que el año anterior, España ha mejorado la tasa de reconocimiento de protección internacional y resuelto de manera favorable un 10.5% de las resoluciones, aunque sigue lejos de la media europea del 35%. Las personas de Venezuela encabezaron el listado de solicitantes de asilo, seguidas de las que proceden de Colombia y Marruecos, según CEAR.