La citronela se ha convertido en una planta estimada e incluso imprescindible en muchos hogares donde se quiere mantener a raya a los mosquitos y sus indeseadas picaduras. Tiene propiedades medicinales, aromatiza ciertos platos en la cocina, pero sobre todo, es un repelente contra insectos.
Es también es aromática y conocida como ‘hierba limón’ con un color verde intenso pero su pervivencia depende de unos cuidados imprescindibles. Es una planta a la que le gusta la luz y el sol durante al menos seis horas al día. También puede crecer a la sombra, aunque en este caso, no crecerá con tanta fuerza.
Respecto a las temperaturas, es una planta que no soporta el frío, la citronela necesita bastante agua para sobrevivir por lo que tres veces por semana debe regarse, en los meses de más calor, y una vez a la semana en invierno. Deberás comprobar siempre el sustrato está seco antes de proceder a un nuevo riego.
Esta planta es tóxica para perros y gatos. En algunos casos, el simple roce puede causar dermatitis, pudiendo provocar también vómitos, debilidad muscular o pérdida de coordinación si lo llegan a ingerir.
La citronela se vende en casi todos los invernaderos e incluso, por ese activo que tiene para repeler los mosquitos, es muy popular tanto que están disponibles en las plataformas de venta on-line.
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