Como decía un popular anuncio de los 90, nacen, crecen y se reproducen... Y en verano, con las altas temperaturas, se multiplican por cantidades sorprendentes, apareciendo por cualquier rincón de la casa para crear momentos de tensión, ya que la presencia de cucarachas en el hogar suele ser inquietante, a la vez que desagradable.
Se cuelan por todos lados, se meten por las tuberías, entran por las ventanas y se convierten en unos inquilinos bastante pesados. Sí, no pican como los mosquitos, pero verlas suele producir unas sensaciones nauseabundas. Levantarte de noche y encontrarte a alguna de estas amigas en el baño es sinónimo de pánico.
Y, a veces, aunque tiremos de insecticidas, ni por esas se marchan de casa. Son duras de pelar. Al alimentarse de casi cualquier cosa que pillen, no necesitan mucho para sobrevivir en cualquier superficie. Incluso se apunta que seguirían vivitas y coleando tras una bomba nuclear.
Además de tratar de tapar todos los pequeños agujeros que tengamos por casa y de que apliquemos algún producto químico, hay un truco casero bastante sencillo que ayuda a ahuyentarlas. Una solución natural a base de pepino y agua que nos puede salvar el verano. Basta con cortar la hortaliza, mezclarle con el elemento líquido y emplearla para lavar el suelo. El efecto puede ser sorprendente.