Los funcionarios del Banco de España cuentan con unos privilegios históricos. Una parte importante de las vacaciones de los más de 3.000 trabajadores son pagadas con dinero público.
Tal y como desvela eldiario.es, el 40 por ciento del total del programa vacacional que elija el funcionario es subvencionado por el Banco de España. Esto, si las vacaciones son en verano. En caso de vacaciones invernales, el empleado tendrá que aportar solo el 40 por ciento del importe total.
Además de contar con un sueldo bastante más elevado (casi el doble en algunos casos) que cualquier otro funcionario de la administración pública, estos empleados cuentan con este privilegio vacacional desde hace décadas. Fue en la dictadura franquista cuando se instauró esta prerrogativa.
El Banco de España ofrece dos posibilidades a sus empleados para sus vacaciones. Por un lado, pueden acudir a las llamadas "residencias de empleados", que son edificios propiedad del organismo público: un castillo con vistas al mar situado en Roda de Barà (Tarragona) y una casa en la sierra madrileña de Guadarrama. Y, por el otro lado, el referido banco ofrece diferentes alternativas que contrata con varias agencias de viajes.
Al coste de mantener los dos lugares reseñados, hay que añadir el importe total de beneficios destinados a las vacaciones de los trabajadores, que no aparecen reflejados en ningún lugar en las cuentas anuales. Este gasto, según explica eldiario.es, se incluye en una partida denominada "de acción social", que en el último balance ha contado con un presupuesto de 19,65 millones, destinados a "prestaciones y beneficios que tienen por objeto mejorar las condiciones personales o familiares del empleado". El beneficio anual que obtiene cada funcionario es de 6.016 euros al año.