Tres nuevos monumentos de Andalucía se suman a la lista roja de Hispania Nostra, que recopila elementos patrimoniales que se encuentran abandonados, arruinados y sin mantenimiento.
En las provincias de Jaén, Cádiz y Granada están los tres monumentos que acaban de ser incluidos en la lista de esta entidad, que recoge más de 1.200 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
La Casa Neogótica, en Arquillos, provincia de Jaén, constituye un ejemplo muy representativo de la arquitectura de su época, que encontraría en el arte medieval, especialmente en el gótico y el mudéjar, el modelo de belleza artística. El elemento más representativo de la misma es la fachada, realizada en ladrillo rojo visto y la rejería de motivos vegetales de los balcones y ventanales, obra de Agustín de Quel, herrero de la localidad.
En el interior de la Casa Neogótica se puede apreciar aún hoy en día la baranda y solería originales. El edificio se encuentra en desuso y en situación de abandono desde hace tiempo, lo que ha derivado en un estado de deterioro muy notorio. Aunque son diversos los desperfectos que presenta, una de las cuestiones más acuciantes es la cubierta del inmueble, que se está desmoronando.
La construcción de la Casa Neogótica tuvo lugar a mediados del siglo XIX y se atribuye a León Moreno Gonín, personaje público de gran trascendencia en dicha centuria que llegó a ostentar el cargo de senador. Dada su posición social serían diversas las propiedades a su nombre, entre lascuales se encontraba otro palacio, también situado en Arquillos. En lo referido a la Casa Neogótica, se construyó con carácter recreativo, con el objeto de ser empleada para la celebración de reuniones, fiestas o para asistir a los espectáculos taurinos que tenían lugar en esa plaza.
Posteriormente, durante la Segunda República fue reconvertida en escuela, aunque no habría de desempeñar esta función por largo tiempo, puesto que, derrocado el gobierno republicano, se rehabilitó para su uso como bar, popularmente conocido como Peña.
El segundo monumento es el Castillo de la Juliana, en Murtas, provincia de Granada. Esta antigua fortaleza árabe, según el cronista Al-Udri, tuvo, junto a la fortaleza de Escariantes y la alquería de Yilyana (Juliana) un papel principal en la revuelta de La Alpujarra a finales del siglo VIII. Esto sitúa la construcción de esta fortaleza en el primer periodo musulmán, por tanto, a finales del siglo VIII.
Este impresionante castillo se componía de tres recintos bien diferenciados, apreciándose algunos muros de su estructura interior. Del primero, el más bajo, quedan restos de dos grandes torreones macizos de tapial, uno con solo el relleno, que defendían la puerta de acceso al conjunto, situada al sureste, en un muro de tapial que unía las dos mencionadas torres. Al suroeste hay restos de murallas de mampostería formadas por doble muro.
Del segundo recinto, aparte de algunos trozos de muros de tapial y mampostería, quedan parte de dos torres de tapial, una al oeste y otra al norte. Además, queda el aljibe, situado al este del recinto y de planta trapezoidal. Sus lados mayores tienen orientación norte-sur y sus dimensiones medias son de 5,35 x 2,40 metros. Está construido con muros de hormigón de cal y bóveda de mampostería de lajas, careciendo su interior de enlucido. A pesar de tratarse de un BIC, se encuentra muy deteriorado.
En la provincia de Cádiz, concretamente en Rota, está la Casa de San Lorenzo o "La Julia". La historia acerca de esta casa es imprecisa al no existir documentación sobre ella. Se sabe que Antonio de Orleans, duque de Montpensier, compró en 1860 el coto de caza de Torrebreva, cercano a Sanlúcar de Barrameda, convirtiéndolo en viñedos que fueron de su propiedad hasta su muerte en 1890, cuando fallece al caer de su caballo en un campo cercano a la casa de San Lorenzo.
En ese lugar se asentó una cruz como cenotafio, mientras que sus restos descansan en el Panteón de los Infantes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Se cree que esta edificación podría haber sido construida como la casa del guarda del coto. Sin embargo, los habitantes de Chipiona que estaban más en contacto con esta finca por razones de trabajo, han comentado siempre, sin poderse constatar, que Antonio de Orleans tenía una amante que se llamaba Julia, y que mandó construir una pequeña casa para ella, siendo posible que tras la muerte del duque su amante tuviera que marchar, dejando la casa al guarda del coto.
Casi un siglo después, alrededor del año 1970, la vivienda quedó desocupada. Situada en el término de Rota, próxima a Chipiona, se trata de una construcción de arquitectura neomudéjar, con planta rectangular, que cuenta con huecos enmarcados por arcos de herradura y un torreón octogonal. Presenta una cubierta a un agua escalonada en su lado suroeste. En el torreón, que conserva aún parte de sus escaleras en el interior, se emplea la práctica de fábrica mudéjar de hileras de ladrillo macizo y sillarejos de piedra.
La casa no tiene ningún tipo de protección específica, y se encuentra abandonada y en un deficiente estado de conservación. Su interior se encuentra repleto de escombros y restos de basura, así como también el pozo que quedó cegado por los desperdicios depositados. Se han derrumbado varios muros de la casa, mientras que los que aún se conservan están vandalizados o han perdido componentes estructurales.