Un año más, algunos ayuntamientos optan por adelantar la puesta en marcha de los alumbrados navideños, así como por aumentar sus dimensiones, una tendencia seguida por gran parte de la ciudadanía. Más allá de lo que puedan gustar estos adornos, Ecologistas en Acción ha querido llamar la atención sobre el derroche energético que supone este tipo de ornamentación y sobre el periodo en que se coloca, que considera demasiado amplio. "Existen poderosas razones para considerar el exceso de luces como no sostenible y necesitado de una fuerte reducción. Abruma pensar la cantidad de energía que puede llegar a consumirse de un modo tan superfluo en todo el mundo desarrollado durante esas fechas", aseguran.
Y es que aunque los recibos de la luz los paga cada ayuntamiento (en última instancia la ciudadanía), la factura medioambiental en forma de cambio climático, lluvia ácida, residuos nucleares o contaminación la paga todo el planeta. En este sentido, Ecologistas en Acción ha instado a las administraciones públicas, ante la emergencia del problema del Cambio Climático, que, al igual que la ciudadanía, se comprometan a reducir el consumo y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según se desprende del estudio Escenarios Locales de Cambio Climático de Andalucía actualizados al quinto Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), que ha presentado la administración regional, se pone de manifiesto, que durante este siglo se estima que las temperaturas crecerán entre 3.6-6.5 ºC, con un clima extremadamente caluroso y seco y una reducción de la precipitación del 17 %, unos resultados que generarían un clima subdesértico.
Se deben tener en cuenta también las declaraciones del consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, José Fiscal, al presentar dicho informe en Huelva el pasado 7 de noviembre. El Consejero recalcó que quienes se dedican a la política "tienen la obligación de adoptar medidas para minimizar el fenómeno”. Los posibles escenarios dependerán de "cómo evolucione el cambio climático", donde la ciudadanía juega un papel fundamental. Entre las medidas que pueden tomar las administraciones está "reducir todos las emisiones de efecto invernadero" y para ello reducir drásticamente los consumos energéticos, "abandonar las energías fósiles por energías renovables yproducir menos residuos".
No se debe olvidar que una de las razones principales por las que se realiza este encendido de luces es para fomentar el consumo en las fechas navideñas. Este consumo está enmarcado en un modelo en el que se produce una sobreexplotación de los recursos y una generación insostenible de residuos. La organización conservacionista ha valorado que "el mejor regalo que los ayuntamientos pueden hacer a sus municipios y a la ciudadanía global es reducir este absoluto despilfarro energético y no contribuir con él al Cambio Climático. Es un derroche de energía, un lujo que sólo podrán permitirse los países enriquecidos mientras la mayoría de la Humanidad siga viviendo completamente a oscuras".
Por tanto, Ecologistas en Acción anima a los ayuntamientos y comerciantes a restringir la iluminación navideña a días estrictamente señalados; reducir las horas de iluminación hasta la medianoche; emplear menos cantidad de lámparas, aunque sean LED; y limitar el encendido a calles comerciales del centro, cuyo coste deberá ser sufragado en parte por los comerciantes y no a costa de las y los ciudadanos.