Joseph Ratzinger, el papa Benedicto XVI, falleció este sábado, 31 de diciembre, a las 9.34 horas, en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, a los 95 años de edad. Hace nueve años, 2013, dejó la silla de San Pedro en una decisión que sorprendió al mundo y consternó a los católicos. Aquella renuncia se apoyaba en su delicado estado de salud aunque se ha especulado con otras razones más ‘politicas’ para justificar su decisión.
Sustituyó a san Juan Pablo II. Antes de ser Sumo Pontífice dirigió la Congregación para la Doctrina de la Fe (antigua Inquisición). Benedicto XVI, que cumplió 95 años en abril, residía en el monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano desde su renuncia, dedicado plenamente a la lectura, estudio, escritura y oración.
Su óbito se veía venir dado el agravamiento de su salud. De hecho, en la mañana del 28 de diciembre, el papa Francisco pidió una oración por su alma al final de la audiencia general. También lo hizo desde su cuenta oficial de Twitter, viendo que se agravaba el estado de salud de Benedicto XVI, debido a su "avanzada edad".
“Está muy enfermo. Pidamos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final", dijo entonces el pontífice.
Benedicto XVI fue nombrado arzobispo de Múnich y Frisinga y después elevado a cardenal por Pablo VI. Estuvo presente en tres cónclaves hasta que en 2005 fue elegido papa.
El 28 de febrero de 2013 renuncio al papado y desde entonces asumió el título de emérito, retirándose de toda vida pública para dedicarse “a la oración y al retiro espiritual”. Fue un caso excepcional en la Iglesia. El precedente fue en 1415 con el papa Gragorio XII.
Solo resta saber los detalles de los fastos funerarios que se llevarán a cabo en el Vaticano, como corresponde a un papa de la Iglesia, cuyos restos serán introducidos junto a sus predecesores bajo el baldaquino de San Pedro.
La Diócesis de Jerez se suma al pesar de la Iglesia
la Diócesis de Asidonia-Jerez "da gracias a Dios por la vida, el testimonio y el magisterio de Benedicto XVI, siervo bueno y fiel, humilde trabajador de la viña del Señor, y al producirse su muerte, une su oración a la de toda la Iglesia y pide por su eterno descanso", expresa en un comunicado el obispado jerezano. Como testimonio, las campanas de la Catedral tocan fúnebre en recuerdo del papa fallecido.