La joven Farah, de 13 años, ha sido expulsada del Liceo Caracense de Guadalajara desde este lunes hasta el próximo 19 de noviembre por llevar hiyab -velo que cubre la cabeza y el pecho que las mujeres musulmanas- a las clases. La alumna no pierde el derecho a evaluación continua ni a asistir a los examenes si se convocan. El centro educativo ha tomado esta decisión porque sostiene que existe "comisión de conducta gravemente perjudicial para la convivencia escolar" y destaca la existencia de “agravantes” relacionados con el Decreto 3/2008 de la Convivencia Escolar en Castilla-La Mancha y con las Normas de Convivencia, Organización y Funcionamiento (NCOF).
El documento, compartido por la Plataforma Feminista de Guadalajara en sus redes sociales, explica que estos "agravantes" son la “premeditación, reincidencia y publicidad” y concreta ausencia de atenuantes por “el reconocimiento espontáneo de una conducta incorrecta, ausencia de medidas correctoras previas y la falta de intencionalidad”. Además el director, Alejandro Mediavilla, considera que se trata de “un acto de indisciplina que altera gravemente el desarrollo de la actividad del centro”.
La Plataforma Feminista de Guadalajara ha expresado su apoyo a la familia de Farah y ha contado que la joven quiso ir a la escuela con el hiyab después de los primeros días al considerarlo parte de su vestimenta habitual. Sin embargo, para su sopresa, "la dejaron abandonada en el patio durante varios días y después la separaron de sus compañeras y compañeros, aislándola en un “aula de convivencia” que ni siquiera tiene ventanas, donde solo los profesores aparecen un momento para proporcionarla la tarea o los exámenes".
La plataforma denuncia que este caso es un "típico ejemplo de racismo contra una mujer de religión islámica" que en los últimos vente años se han hecho más frecuentes en España, así como en el resto de Europa y Norte América con motivo de los atentados terroristas de Nueva York, Madrid y Londres y de las invasiones de Afganistán y Iraq. "Las mujeres musulmanas son más visibles y reconocibles con respecto a sus correligionarios varones por su vestimenta, que ha sido transformada en el símbolo de su supuesta inferioridad y falta de voluntad en adecuarse a las costumbres de una supuesta cultura occidental superior", añade.
En este sentido, lamenta que estas situaciones se den con "muchísima" frecuencia y sigan siempre el mismo patrón: a la mujer se le impide acudir a clases o a trabajar por llevar el hiyab u otro tipo de cobertura de la cabeza y del cuello.
Según la plataforma, la "actitud racista" de este instituto está privando a Farah de su derecho a recibir una formación escolar y a ver respetada su identidad personal y religiosa, causando un gran daño a ella, a su familia y a toda la comunidad. "Está sufriendo un maltrato continuado e inadmisible por parte de una administración pública como es el IES Liceo Caracense, al abandonarla durante horas en el patio del centro y aislarla durante semanas en un aula, cual celda se tratara", manifiesta.
Por su parte, fuentes de la Consejería de Educación han señalado a Europa Press que el instituto está " actuando correctamente porque el uso de hiyab no es un precepto religioso y, por lo tanto, una normativa que implique su prohibición en los centros de educación no vulnera la dignidad de la alumna ni restringe el ejercicio de su libertad religiosa". A su vez, explica que "los centros de formación gozan de autonomía para dictar su propia normativa sobre vestimenta. Además, existen antecedentes judiciales en España que admiten la prohibición del velo islámico en el ámbito educativo".