La comunidad científica internacional está entusiasmada con el último hallazgo realizado en las profundidades marinas. En el Océano Pacífico, concretamente en Liliʻuokalani Ridge dentro del Monumento Nacional Marino Papahānaumokuakea (Hawai), los miembros de la tripulación del Exploration Vessel Nautilus han encontrado en la cima del monte submarino Nutka lo que en primera instancia creyeron que era una formación de "lecho de lago seco".
Tras realizar los debidos análisis, los expertos llegaron a la conclusión de que en realidad se trataba de un flujo fracturado de roca de hialoclastita, una roca volcánica que se forma en erupciones de alta energía y en la cual muchos fragmentos quedan diseminados por el lecho marino.
Lo curioso de esto es la forma en que habían quedado dispuestos, ya que parecían baldosas que formaban un camino construido por el ser humano. Los científicos creen que estas fracturas de 90 grados casi perfectas están relacionadas con el estrés que ha sufrido el lecho de la formación por calentamiento y enfriamiento a consecuencia de las numerosas erupciones que se han ido produciendo.
La exploración de esta área nunca antes estudiada está ayudando a los investigadores a observar y conocer mejor la vida en estos montes sumergidos y dentro de ellos. Por otro lado, también están estudiando las comunidades microbianas que residen dentro de las costras de ferromanganeso que se encuentran sobre las superficies rocosas y cómo sus características varían dependiendo de la zona.
Este hallazgo y los estudios que se están realizando a partir de él servirán para proporcionar información de referencia sobre las comunidades vivas de los montes submarinos, así como elaborar las medidas de gestión y conservación de todo el entorno.
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