La mesa de negociación prevista para este miércoles entre la plantilla y Acerinox ha sido un fracaso. No por culpa de la Junta, que medió para que se celebrara el encuentro en la sede del CARL, el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales, en Sevilla. Las partes vienen a decir que ni se sentaron. Aunque la Junta, curiosamente, sí ha enseñado fotos de que, al menos, estuvieron reunidos: "La actuación de ayer en Sevilla fue especialmente importante, ya que supuso un primer acercamiento tras 30 días de huelga en la planta de Los Barrios", dice la Junta.
La razón tiene que ver con puntos básicos para arrancar cualquier acuerdo: el reconocimiento. Porque, por la plantilla, están los sindicatos, el comité de huelga como representantes de los trabajadores, y compañeros demandados por huelga ilegal. Acerinox dice que son menos de los que deberían ser, por lo que, por "seguridad jurídica", indican, no valdría legalmente cualquier acuerdo.
A pesar de que, efectivamente, el derecho laboral es una materia árida, lo que sí trasluce es que las posturas son tan alejadas en este momento y el conflicto está tan enconado, que es difícil en este momento pensar en la resolución del fondo del conflicto. Si los números del comité de huelga no son proporcionales a la representación real de la plantilla, es un asunto que no hacía falta, necesariamente, para sentarse a hablar.
No ha hecho falta mucho para ver cómo saltaba por los aires una negociación que tanto había pretendido la Junta, tras un mes de huelga y mucho más tiempo de conflicto laboral.
Antes de hablar de revisiones del convenio, está el asunto de las demandas a trabajadores por huelga abusiva, algo que afecta personalmente a cuatro empleados. Demandas civiles, que se suman a actos que la empresa considera que serían constitutivos del orden penal.
El comité de huelga achaca a la empresa que "con mala fe" ha modificado el documento sobre el que se iban a sentar a negociar. La empresa insiste en que su propuesta sobre salarios, uno de los fondos del conflicto, implica una mejoría y no una pérdida del poder adquisitivo. Ese asunto, el poder adquisitivo, sobrevuelva por casi cada conflicto laboral actual, a razón del aumento de los precios que se vive casi desde que terminó la crisis sanitaria. A mayor inflación, si los sueldos no suben proporcionalmente, menor poder adquisitivo.
La consecuencia es que, 32 días después del inicio de la huelga, la A-7, una vía clave del Campo de Gibraltar, está bloqueada este jueves. Hacía dos semanas que no se producían cortes. Y apunta a que vuelven con fuerza. Hay colas kilométricas en la mañana de este jueves.
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