Un informe de 70 páginas, elaborado por Balteus Arqueología y Patrimonio, es el documento base que el gobierno municipal de Cádiz llevará este viernes a pleno para justificar la retirada de los títulos honoríficos que concedió la ciudad a 15 golpistas, entre ellos al propio dictador Francisco Franco, Gonzalo Queipo de Llano, José León de Carranza —al que han retirado en el último año el nombre del estadio municipal y de la Avenida principal de la ciudad— y José María Pemán.
La decisión, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, persigue retirar honores y distinciones “a las personas que participaron de una forma u otra con el golpe de 1936 y la represión, no hay más”, según ha afirmado el responsable de Memoria Democrática, Martín Vila, que ha recordado que estas medidas debieron haberse adoptado hace 14 años, cuando entró en vigor la Ley, pero en cambio, bajo gobierno del PP, “se obvió dicha Ley”. De hecho, con este recordatorio, Vila lo que viene a decir es que lo sorprendente no es que se haya adoptado esta decisión, sino que lo increíble en un estado democrático y de derecho es que todavía siguiesen de plena vigencia esas máximas distinciones municipales.
Según el informe, al que ha accedido lavozdelsur.es y que está firmado por el doctor en Historia y memorialista José Luis Gutiérrez Molina, “una vez que los golpistas controlaron la ciudad en julio de 1936, sus autoridades, y las de la Dictadura franquista después, concedieron más de una treintena de estas distinciones según las relaciones que hemos podido consultar en el Archivo Histórico Municipal”.
De estas, casi una veintena lo fueron a personas implicadas directamente con el golpe de Estado o la represión u ocuparon altos cargos durante la dictadura. Las primeras, en septiembre de 1936, fueron concedidas a los principales cabecillas del golpe en la capital gaditana y en la región: Gonzalo Queipo de Llano, José López-Pinto Berizo y José Varela Iglesias. La última a Francisco Franco, a título póstumo, en una sesión extraordinaria celebrada el 20 de noviembre de 1975.
De todas ellas, reza el documento, “la única que ofrece alguna duda es el nombramiento de Juan Antonio Suances por no haberle encontrado relación directa con los preparativos golpistas ni la represión. Aunque es una de las principales figuras del régimen franquista, en especial durante la el periodo conocido como autárquico (1939-1959)”. En la actualidad ninguno de esos nombramientos ha sido revocado.
En la investigación previa para esta aprobación en pleno, que ya se sabe que no contará con el voto favorable del PP, se ha consultado no sólo los libros de actas de las sesiones de los plenos entre 1979 y 1995, cuando fueron elegidos los primeros cabildos democráticos, sino también los de las reuniones de la Comisión Municipal así como otra documentación. “Incluso se ha dirigido una consulta a los actuales órganos administrativos municipales, a través de la Delegación Municipal de Memoria Histórica, que me han proporcionado las relaciones que maneja el Gabinete de Alcaldía en la actualidad”, asegura Gutiérrez Molina en su informe.
Como en el caso del nomenclator, la línea que marca las propuestas es su participación, directa o indirecta, en la represión. En concreto, tras su paso por la Comisión de Honores y Distinciones, la propuesta recoge la retirada del título de Hijo Adoptivo (a título póstumo el 20 de noviembre de 1975) a Francisco Franco; de Hijo Adoptivo (septiembre de 1936) a Gonzalo Queipo de Llano; de Hijo Adoptivo (en septiembre de 1936) a José López-Pinto Berizo; de Hijo Adoptivo (en septiembre de 1936) a José Enrique Varela Iglesia; de Hijo Adoptivo (junio de 1939) a Arturo Paz Varela; de Hijo Adoptivo (en diciembre de 1947) a José María Fernández Ladreda; y de Hijo Adoptivo (en diciembre de 1947) a José Antonio Girón Velasco.
Además, tras su aprobación en pleno, se retirarán los nombramientos de Hijo Predilecto (en marzo de 1948) a Francisco Sánchez Cossío y Muñoz; de Hijo Adoptivo (en enero de 1951) a Carlos María Rodríguez de Valcárcel Nebrada; de Hijo Adoptivo (junio de 1952) a Juan Antonio Suances Fernández; de Hijo Predilecto (agosto de 1955) a José María Pemán; de Hijo Adoptivo (julio de 1956) a Fernando Suárez de Tangil Angulo; de Hijo Adoptivo (julio de 1968) a José Fariña Farreño; de Hijo Adoptivo (en enero de 1974) a Luis Carrero Blanco; y de Hijo Predilecto (mayo de 1969) a José León Carranza Gómez.
"No es una medida contra Pemán, se retiran 15 distinciones de personas relacionadas con el franquismo"
El concejal Marín Vila, en el caso concreto del escritor gaditano, ha especificado que no se trata de una medida contra Pemán “como han querido aparentar (por el PP), sino que se retiran 15 distinciones a 15 personas relacionadas con el franquismo, 15 distinciones que el Ayuntamiento franquista de esta ciudad dio a franquistas como al propio Franco, a Queipo de Llanos, a Varela y sí, a Pemán”. En este sentido ha recordado que “la distinción de Hijo Predilecto no se le concede a Pemán por su aportación artística, sino por “ser cantor excelso a la raza hispana, como decía la propia placa que se retiró de su casa natal; por apoyar en el propio frente el Golpe de Estado, por pedir que se limpiara de rojos a España, por pedir que se depurara esta tierra”.
A través de una vasta bibliografía, el documento justificativo de la medida propuesta detalla uno a uno los datos biográficos y su participación en el golpe de Estado y la represión. Sobre Franco, entre otras cosas, se recuerda que fue "responsable último de las políticas de exterminio social practicadas por los golpistas y de la represión del régimen que terminó adoptando su propio nombre y apeló siempre a su victoria en el conflicto de 1936-1939 originado por el golpe de Estado". Sobre Carrero Blanco, el penúltimo que recibió la máxima distinción que entrega un ayuntamiento, se asegura que "está considerado como un católico integrista convertido en un franquista puro, obsesionado por el marxismo, el judaísmo y la masonería, y profundamente antiliberal. Aunque parece que no participó directamente en los preparativos golpistas, se adhirió incondicionalmente a él y fue responsable por sus altos cargos de la represión realizada que reconoció tuvo una finalidad política".
En el apartado dedicado a Pemán, se mantiene que "en octubre de 1936, ocupó la presidencia de la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado que se ocupó de la depuración de los cuerpos docentes, convencido de que las ideas disolventes del liberalismo y el socialismo estaba entre las causas de la contienda. Fue el momento en el que defendió la necesidad de “limpieza”, “exterminio y expulsión”. "Aceptó plenamente el caudillaje franquista y el partido único. Su obra de propaganda bélica más ambiciosa fue en El Poema de la Bestia y el Ángel (1938) en el que interpretó la contienda como la lucha apocalíptica entre Dios, representado por la Iglesia española y Satanás, representado en la tierra por el Sabio de Sión", añade.
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