La bodega González Byass reforesta una hectárea de Doñana a través de la iniciativa de WWF, 100 empresas por los bosques. Esta acción, que ha tenido su eco en las redes sociales, es un capítulo más en la relación histórica entre la familia González y el Parque Nacional. La familia de origen jerezano ha propuesto en su felicitación de Navidad a los usuarios de Instagram, Facebook y Twitter que publicaran posts disfrutando de sus vinos con el hashtag #Vinoenfamilia con un fin: recuperar las zonas incendiadas del espacio natural de Doñana.
El objetivo se ha cumplido y la bodega reforestará una superficie de una hectárea con especies autóctonas, como sabinas y enebros. Con esta iniciativa, González Byass pone su grano de arena en las tareas de recuperación y mejora forestal de Doñana y escribe una nueva página en su relación con el Parque Nacional, que se remonta al siglo XIX.
A finales del siglo XIX, la familia González entró en contacto con Doñana y, en 1940, Manuel María González Gordon, tercera generación de la familia, José López de Carrizosa, Marqués del Mérito y Salvador Noguera, unieron esfuerzos para comprar un total de 16.500 hectáreas de la parte norte del coto. González Gordon transmitió su admiración por Doñana a sus hijos, entre ellos, Mauricio González-Gordon Díez, padre del actual presidente de González Byass. Guiado por su pasión por la naturaleza y las aves, el que fuera fundador la Sociedad Española de Ornitología y miembro de la Unión de Ornitólogos Británica, fue figura clave en el devenir de Doñana.
Ante los planes de replantación del entorno con especies foráneas, como guayale y eucalipto, González-Gordon Díez invitó a los biólogos José Antonio Valverde y Francisco Bernis a visitar el lugar para reunir argumentos para la conservación de Doñana. A partir de entonces, tuvieron lugar las “Doñana Expedition”, que reunieron en las marismas a ornitólogos, fotógrafos y documentalistas de la época, además de destacadas personalidades internacionales, que documentaron su riqueza en una auténtica avanzadilla científica crucial para el destino del Parque.
La figura de Mauricio González-Gordon Díez y el empeño por parte de la comunidad científica y ornitóloga por salvar Doñana, fueron fundamentales para preservar la riqueza natural del parque. A estos elementos se unió, en 1961, la creación de World Wildlife Fund (WWF). Ya quedaba menos para la declaración como Parque Nacional.
Un paso importante se dio en 1968 con la creación de Adena, la delegación de WWF en España que adquirió la Reserva de Guadiamar. El siguiente fue en 1969, cuando el Consejo de Ministros declaró Parque Nacional las 35.000 hectáreas que forman el corazón de Doñana. De esta forma, la dedicación y el talento de numerosos profesionales, puesto al servicio del medio ambiente, logró su objetivo. Uno de ellos, José Antonio Valverde, celebró la defensa de Doñana internándose a caballo en el lucio de Mari López con una botella de Tío Pepe en la mano y brindando por todo lo conseguido.
Así se culminó una de las historias de conservación más apasionantes del siglo XX, donde la familia González trazó un camino basado en la defensa del medio ambiente y la búsqueda del beneficio ecológico. Hoy, este esfuerzo permanece presente en acciones como la propuesta esta Navidad, que nace en el entorno digital y se materializa con la reforestación de una hectárea en el espacio natural de Doñana.
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