Nerviosa, arropada por su hermano Agustín y acompañada de algunos de sus más fieles seguidores, así ha llegado Isabel Pantoja a la Ciudad de la Justicia de Málaga para ser juzgada nuevamente tras dejar la prisión en marzo de 2016.
Entre un gran revuelo mediático y rodeada de agentes de la Guardia Civil, la tonadillera ha entrado en la sede judicial para declarar en calidad de acusada como administradora única de Panriver 56, una empresa que, supuestamente, participó en una operación irregular de una deuda relacionada con su casa de Marbella.
Su entrada a los juzgados ha sido de lo más caótica y surrealista. Con sus fans gritándole "guapa" y dándole ánimos mientras compañeros de los medios se agolpaban ante el paso lento de la artista.
La Fiscalía ha solicitado en su escrito de acusación una pena de tres años de prisión para la cantante, a la que considera una supuesta cooperadora de un delito de insolvencia punible.