G. B., jerezano de 29 años de edad, tiene aún el susto en el cuerpo después de que en la medianoche del pasado martes al miércoles, en torno a las doce y media, fuese víctima de una persecución en coche por avenidas del Distrito Sur de Jerez. Cuando se le pregunta cómo fue todo solo atina a resumir en "de película de miedo". Unos 15 minutos hasta que logró la intervención de la Policía que no olvidará fácilmente. Todo sucedió cuando volvía de su trabajo en una cadena de comida rápida de la ciudad, el joven vio como un vehículo no reanudaba la marcha tras abrirse el semáforo en el nudo semafórico y la rotonda que conecta las avenidas Blas Infante, Cantos Ropero, Libertad y Puertas del Sur.
Al esperar unos instantes decidió hacer sonar el claxon, una decisión que pudo salirle muy cara. Una vez el vehículo le cedió el paso, su conductor y sus otros tres ocupantes, con los rostros semiocultos por gorras, que acabaron siendo trasladados a la comandancia de la Policía Local, emprendieron una persecución del turismo que conducía G. B., llegando a deslumbrarle con linternas que portaban, acorralándole, golpeando a su coche en la rotonda de la clínica Puertas del Sur, y obligándole a realizar maniobras bruscas hasta lograr dar esquinazo a los agresivos y temerarios ocupantes del otro turismo. "Estuve cuatro minutos al teléfono con la Policía Local y no sabía ni qué decirles, todo fue como de película, había que haberlo vivido", ha relatado a lavozdelsur.es, después de asegurar que está tomando tranquilizantes tras un extraño incidente para el que no termina de encontrar explicación.
"Intenté mediar bajando la ventanilla, diciéndoles que volvía del trabajo y que no quería pelea, pero empezaron a dar golpes, no sé si no hago una maniobra y me salto la mediana de la avenida Puertas del Sur la paliza que me podían haber pegado", se ha expresado, para añadir: "Cuando la Policía me dio el alto en Madre de Dios le dije que había cometido al menos tres infracciones, podía haber matado a alguien o matarme yo, y mi coche tiene el bajo delantero destrozado, pero tenía que huir de esos animales". Mientras G. B. supera el trago aún con el susto en el cuerpo, hay una investigación policial abierta para esclarecer el caso. Las cámaras de tráfico de estas avenidas del Distrito Sur pueden ser determinantes para analizar cómo se produjeron los hechos.
"Doy gracias a Dios de que no me pillaran, porque si me obstaculizan y me paran, ahí me pegan una paliza que no sé lo que me hacen. Solo vi a uno que es al conductor porque con las luces que me reflejaban no veía nada; luego, al recorrer en el coche patrulla donde se había producido la persecución vimos que estaban ya siendo identificados por la Policía y reconocí al conductor", ha manifestado un joven que asegura "me lo pensaré ya mucho antes de coger el coche o pitar porque hoy en día no sabes ya qué te puedes encontrar".