Un real decreto prohíbe desde 2018 las llamadas narcolanchas. Las embarcaciones neumáticas rápidas que utilizan los narcotraficantes quedaron prohibidas tras comprobarse que las mafias las están usando no solo para el transporte de droga, sino también para el tráfico ilícito de personas.
Seis años después, siguen circulando y cuando no son noticia por transportar migrantes lo son por operaciones de droga. La prohición no ha hecho que desaparezcan ni mucho menos y en la desembocadura del Bajo Guadalquivir raro es el día que no son detectadas un mínimo de seis narcolanchas y en esta ocasión habían sido hasta nueve las avistadas.
En el vídeo que acompaña a la información se ven dos gomas, como son conocidas en el mundo policial, haciendo carreras por Trebujena. Es una demostración de velocidad con la que difícilmente pueden competir las embarcaciones de las fuerzas del orden.
Estas embarcaciones neumáticas están equipadas con motores de gran potencia y se suelen emplear para introducir hachís en España procedente de Marruecos. En muchos casos llegan hasta Sevilla y en la desembocadura del Guadalquivir suelen ser vistas navegando o escondiéndose entre caños y marismas para evitar a las patrulleras.
La ruta por el Estrecho de Gibraltar se utiliza por estas embarcaciones para tratar de alcanzar las costas gaditanas y onubenses. En este último mes tuvo lugar la muerte por ahogamiento de cuatro migrantes que fueron arrojados al agua desde una narcolancha cerca de la playa de Camposoto de San Fernando.
También este mes de enero se habló de una narcolancha cuando la Guardia Civil detuvo a cuatro personas cuando transportaban 3.000 litros de gasolina repartidas en 120 garrafas de 25 litros cada una en una embarcación que trataba de alcanzar la costa de Los Caños de Meca. Están prohibidas, pero siguen contando con una actividad constante y en más de una ocasión los narcos se exhiben en las rede sociales presumiendo de lanchas.
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